Después de los terremotos del 7 y 19 de septiembre del año pasado, decenas de familias que habitan en la calle Prolongación Francisco Villa, en la colonia Fausto Dávila, viven en medio de la zozobra porque sus viviendas se han agrietado y los patios de su casa se hunden cada día más.
La señora Carmen Cárdenas, una de las más afectadas, indicó que hasta el momento no han recibido apoyo de ninguna instancia federal, estatal o municipal, por lo tanto, viven en condiciones verdaderamente peligrosas para ella, sus hijas y demás familiares, pues en cualquier momento pueden perderlo todo.
En este contexto se encuentran otras familias de la misma calle porque sus viviendas poco a poco se van derrumbando, además de que hay unas enormes grietas al interior de sus casas, las cuales no han podido ser resanadas ni por ellos y mucho menos por las autoridades competentes, por tal motivo, esperan ayuda de cualquier instancia de gobierno antes de que ocurra una tragedia.
Es importante mencionar que el reporte lo hicieron casi inmediatamente de que ocurrieran los movimientos telúricos en el mes de septiembre 2017; los afectados indicaron que en su momento les iban a brindar todo el apoyo necesario, pero a nueve meses de la tragedia solamente han recibido visitas, pero ninguna respuesta favorable, lo que ha provocado gran molestia entre los afectados.
Por si fuera poco, la calle Prolongación Francisco Villa se ha hundido por completo, en ese sentido, miles de familias están incomunicadas, tienen que tomar vías alternas para llegar a sus lugares de origen; asimismo, las ambulancias no pueden transitar por esta zona, y si hubiese una emergencia sería más complicado para los pacientes, de igual forma camiones repartidores de agua embotellada, refresco, gas LP, entre otros productos, tampoco pueden llegar a dicha parte de la ciudad.
Los vecinos dieron a conocer que, hasta el momento, no han recibido una sola visita por parte de Protección Civil del Estado o bien de alguna instancia federal, convirtiéndose en una situación preocupante y cada día se vuelve más precaria para las viviendas de los afectados.