No basta con una multa económica para remediar todo el daño que ocasionó Anaversa, pues hasta la fecha habitantes del municipio de Córdoba continúan padeciendo afectaciones graves a su salud debido a la liberación de dioxinas, toda vez que esta empresa se dedicaba a formular, envasar y almacenar productos plaguicidas como insecticidas, preservadores de madera y herbicidas, señaló la presidenta de la Asociación de Asistencia a los Afectados por Anaversa AC, Rosalinda Huerta Rivadeneyra.
“Sabemos de la multa pero ni siquiera yo tengo acceso de las recomendaciones. Me parece extraño el comportamiento de la autoridad pues es unilateral todo esto que están haciendo. Digamos de alguna manera que saludamos el que se reconozca que la empresa ha violado la norma, pero es insuficiente ese dinero, por sí mismo no resuelve nada. Lo que necesitamos es atender o generar acciones concretas y sea atendida la población que todavía está enferma, son miles de personas enfermas de cáncer y no solamente de cáncer sino de malformaciones congénitas y de más afectaciones asociadas a las dioxinas; pero precisamente se requiere el concurso de la población informada y organizada para participar en las acciones, de otra manera es extraño que estén emitiendo todo eso al margen de quienes lo hemos promovido”.
Rosalinda Huerta Rivadeneyra dio a conocer que esta organización lleva contabilizados al menos mil 500 casos de cáncer en tejidos blandos, entre los que se incluyen testículos, mama, cuello, riñón y cerebro, además de enfermedades como diabetes, problemas renales y del corazón, todos producto del incidente ocurrido el 3 de mayo de 1991.
Dijo que son daños a la salud que van desde vómitos, mareos, sangrados hasta cáncer en tejidos blandos y problemas como diabetes, daños en el sistema inmunológico, pero además al ser un accidente único en su tipo por el coctel de sustancias derramadas nos han advertido los toxicólogos que habrá más enfermedades extrañas y que pueden seguir apareciendo hasta cuatro generaciones después.
Exigió que Profepa se siente a dialogar con la sociedad organizada pues sin duda, la dependencia es corresponsable del abandono de ese predio, “no únicamente la empresa es responsable, sino la autoridad que ha sido cómplice por 27 años que ha afectado a al menos 18 colonias de Córdoba y todas las poblaciones aledañas, a los arroyos que están contaminados. Entonces nosotros mantenemos esta postura, que más allá de cuestiones monetarias y de multas, lo que se requiere es una remediación ambiental, pero no espaldas de la población organizada ni con actores que ellos elijan para interlocutores; necesitamos que haya una coordinación transparente con la asesoría de expertos internacionales para hacer cualquier acción de remediación, si no esto va a ser un maquillaje”.
Y es que a casi tres décadas de la explosión que habría derramado, incendiado y explotado al menos 38 mil litros de sustancias altamente tóxicas, como ácido 24-D, pentaclorofenol, paraquat, paratión metílico y malation, la zona sigue representando un peligro para al menos 18 colonias densamente pobladas del municipio de Córdoba, debido a la producción de dioxinas y furanos, sustancias químicas tóxicas persistentes y bioacumulables que se encuentran en el aire, el agua y el suelo.
El predio de Anaversa, a pesar de aparecer en el listado de sitios contaminados de la Semarnat, está en venta, destechado y sin medidas que eviten la dispersión de contaminantes, exponiendo aún más a la población aledaña a la grave contaminación.