La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que ofrece un camino a la ciudadanía para más de 2 millones de inmigrantes indocumentados, incluidos los dreamers, los jóvenes extranjeros que fueron llevados al país cuando eran niños.
De ser aprobada por el Senado, de mayoría republicana, la Ley otorgaría a los dreamers 10 años de residencia legal si cumplen con ciertos requisitos. Luego recibirían tarjetas de residencia permanentes, después de completar al menos dos años de educación superior o servicio militar, o después de trabajar por tres años.
La medida sacaría de la incertidumbre a los millones de jóvenes inmigrantes que están atrapados en un limbo legal en medio de años de maniobras partidistas.
El gobierno de Barack Obama les otorgó permisos de trabajo a través del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), pero el presidente Donald Trump le puso fin en 2017. Ahora su destino está en la Corte Suprema, que puede abordar el tema en los próximos meses.
En el proyecto, los demócratas proponen una salida al sector que consideran relegado por Trump en su ley migratoria, pues tanto el presidente como los republicanos argumentan que se debe hacer más para abordar lo que llaman “la crisis humanitaria” en la frontera con México, lo que deja ver cómo los principales partidos políticos en EU abordan la reforma migratoria desde perspectivas opuestas.
“Ésta es una legislación que es consistente con lo que somos como estadounidenses, como personas aspiracionales, como una nación de inmigrantes y como un lugar donde las personas pueden venir a perseguir el sueño americano”, expresó a la prensa el legislador Hakeem Jeffries, un demócrata de la Cámara de Representantes.
Los líderes demócratas expresaron ayer el optimismo de que el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell , se refieriera a la legislación en el Senado.
“No debería haber nada partidista o político sobre esta legislación”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi en una conferencia de prensa. “Estamos orgullosos de aprobarla, esperamos, de manera bipartidista”.
Pero es poco probable que el Senado considere el proyecto de ley: McConnell y otros líderes republicanos del Senado no mencionaron el proyecto de ley en su conferencia de prensa semanal, ayer.
La consideración de la medida se produce más de un año después de que el Senado rechazó cuatro propuestas de reforma migratoria. Entre esas iniciativas había una respaldada por Trump que incluía la ciudadanía para los dreamers a cambio de miles de millones de dólares en fondos para el muro fronterizo y cambios en las leyes para acelerar las deportaciones, así como recortes en la inmigración legal.
Los republicanos de la Cámara de Representantes sostuvieron ayer que los demócratas no dieron una propuesta para pagar la medida; según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, costaría más de 30 mil millones de dólares.
También argumentaron que el proyecto no incluye fondos para la seguridad fronteriza o reformas a las leyes de asilo, un tema que Trump enfatizó en un memorando de la Casa Blanca en abril, en el que se propone tarifas para los que solicitan ayuda humanitaria.
“Si los demócratas fueran serios con respecto a la inmigración, harían algo por la crisis humanitaria a lo largo de nuestra frontera sur, pero Nancy Pelosi ha optado por dedicar el tiempo en atacar al presidente”, dijo la líder de la minoría en la Cámara baja, Whip Steve Scalise.
El representante Douglas Collins, principal republicano en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, dijo que su partido desea proporcionar estatus legal a los beneficiarios del DACA, pero “queremos hacerlo de la manera correcta: asegurar que los delincuentes no puedan obtener un estatus legal y reforzar la seguridad fronteriza”.
“Los demócratas nos están haciendo considerar un proyecto de ley para empeorar la crisis fronteriza al incentivar a más personas a cruzar nuestras fronteras ilegalmente con la esperanza de obtener la legalidad”, dijo Collins.