Es la tercera vez, en lo que va del sexenio de López Obrador, que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se pone a la venta entre los partidos afines al gobierno y la alianza opositora. Las ocasiones anteriores el PRI fue el partido que definiría el avance o no de la Reforma Eléctrica propuesta por el ejecutivo federal, en ambas ocasiones el tricolor respondió al compromiso pactado con la alianza legislativa “Va X México” y, entre PRI, PAN y PRD frenaron dicha iniciativa.
Sin embargo, no fue fácil confiar en el partido más longevo del país, pues cada vez que se iba a votar la mencionada reforma, tanto los aliados como los ciudadanos ponían especial atención a los votos del PRI, ya que siempre existió incertidumbre en si respetarían el pacto legislativo o si sucumbirían ante las tentaciones que el presidente les enviaba constantemente desde sus ‘mañaneras’.
Pues llegó el día… No fue a través de favores, sino de amenazas que el dirigente del tricolor, Alejandro Moreno, cedió ante las presiones de MORENA y aliados. Fueron varias semanas en las que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, exhibió audios bastante comprometedores para ‘Alito’, en donde se le escuchaba pedir favores políticos, hacer pactos ‘bajo el agua’ e incluso algunos en donde se expresaba vulgarmente de ciertos personajes y de la prensa en general.
“Los Martes del Jaguar” fue el foro en donde Sansores expuso estos audios, con la evidente finalidad de amedrentar a Moreno y lograr el conflicto dentro de la alianza opositora. A pesar de que el propio ‘Alito’ expresó en diversas ocasiones que se mantendría firme con la alianza y que no lo doblegarían, como buen político mexicano, faltó a su palabra y ahora ha puesto en riesgo todo lo logrado por la oposición rumbo al 2024.
Esto sucede en el marco de la reciente iniciativa del presidente López Obrador de militarizar al país, adhiriendo la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), dándole así un mando militar y asignándole las tareas de seguridad pública al Ejército, algo muy parecido a lo que hizo el expresidente Felipe Calderón, pero con mayor presencia de soldados en las calles.
En un movimiento inesperado, la diputada priísta, Yolanda de la Torre propuso extender el despliegue del Ejército en las calles hasta el 2028, en obvia disonancia con lo que buscan frenar el PAN y el PRD. Moreno Cárdenas anunció todo el apoyo de la dirigencia a esta propuesta, afirmando que no es un “cheque en blanco” para MORENA, sino una medida necesaria ante el fracaso del gobierno en materia de seguridad.
Pero en la política no hay coincidencias, pues justo la gobernadora de Campeche anunció que suspenderá las filtraciones relacionadas con el dirigente del PRI por un supuesto conflicto legal, en la misma semana en la que se vio a ‘Alito’ intercambiar diálogos al oído con el secretario de Gobernación y mano derecha del presidente, Adán Augusto López. Todo esto culminó con la suspensión de la alianza opositora, pues el PAN y el PRD anunciaron pausar dicha coalición hasta que el PRI defina si pertenece al PRIAN o al PRIMOR.
De este modo, así como el presidente López Obrador cambió de opinión respecto a su promesa de regresar a los militares a sus cuarteles, parece ser que Alejandro Moreno cambió de bando y con él, gran parte de la militancia priísta. En el 2018 el PRI se convirtió en el partido con menos poder en el país (dejando de lado a los llamados ‘satélites’), sin embargo, entre “morir con honor” y el “sálvese quien pueda”, el PRI está convirtiéndose en la rémora más repugnante que haya existido dentro de la política mexicana.
Los votos que la gente le dio al PRI con la esperanza de tener contrapesos en el poder se están yendo a la basura y, con ellos, la posibilidad de una alianza capaz de competir contra MORENA en el 2024. ¿PRIMOR o PRIAN? He ahí el dilema del que depende todo un país…
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