Hemos dicho en este espacio, citando a Cayo Julio César, que “la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo”, para indicar que en la política no basta con predicar, hay que vivir en los hechos lo que se dice, lo que se enarbola. El comentario viene de nuevo a colación, para referir “el caciquismo legislativo de neoporfirismo familiar” de Bingen Rementería Molina, impulsado por su padre, el actual senador ultraderechista, Julen Rementería del Puerto.
Como si no hubiera otros militantes en ese partido y en una elocuente práctica neoporfirista, recordando al oaxaqueño que gobernó 30 años con 105 días al país, los Rementería se apoderaron del espacio por tres periodos legislativos y el porteño sólo ha venido calentando la curul, sin ninguna acción legislativa representativa para el pueblo que lo mantiene ahí con sus impuestos. ¿Usted, amable lector, recuerda alguna iniciativa, algún punto de acuerdo, alguna intervención contundente de este legislador por sus representados?
Y así, sin resultados, en un simple ejercicio de cálculo, si el legislador se lleva al bolsillo unos 200 mil pesos mensuales, entre sueldo, salario, compensaciones y apoyos de gestión, en cada periodo se ha embolsado unos 7 millones 200 mil pesos, que sumados en las tres legislaturas daría un total de 21 millones 600 mil pesos. ¡Imagínese lector y por no hacer nada!
Hijo de papi, su paso por el Congreso de Veracruz ha sido sin pena ni gloria y su caso nos recuerda al de Miguel Ángel Yunes Márquez, quien también, para cualquier declaración o votación, solía llamar a su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, para que le aconsejara y le diera las instrucciones precisas, de la “A” a la “Z”, para sus escasas participaciones en Tribuna o ante los medios de comunicación.
¿Se merecen los veracruzanos estas monarquías neoporfiristas? Claro que no. Nuestros paisanos quieren y necesitan a hombres y mujeres involucrados en los problemas del estado, de su distrito. Legisladoras y legisladores que suden la camiseta, que conozcan los problemas de toda la entidad, los analicen, los estudien y propongan soluciones. En nuestra entidad ya no queremos a “hijos de papi”, a “pirruris”, a personajes que solo buscan lucrar con la representación popular.
Los habitantes de este gran estado queremos que los tres grupos legislativos, de Morena, PAN y PRI, trabajan por nuestros intereses, por nuestro desarrollo, por nuestro bienestar. La mayoría legislativa del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados del Partido Verde Ecologista de México y del Partido del Trabajo, tendrán sin lugar a dudas que dar el ejemplo y marcar la pauta de que lo único que los mueve es el interés de Veracruz.
A su vez, los ocho legisladores panistas tendrán que jalarle las riendas a su noveno compañero, el diputado Bingen Rementería Molina, para que deje las vacaciones pagadas por el erario público y se ponga a trabajar por los veracruzanos, atendiendo las necesidades apremiantes de su distrito, una región, por cierto, olvidada por el mal gobierno de Fernando Yunes Márquez, atendida sólo con obras de relumbrón.
Si en algo Bingen Rementería debería de emular a don Porfirio Díaz sería en aquel dicho atribuido a su persona: “poca política y más administración”, pero quién sabe si a estas alturas, luego de dos periodos legislativos improductivos el junior porteño se anime a trabajar en serio por sus representados.
En tanto, desde el Movimiento de Regeneración Nacional, diputados, diputadas, militantes y simpatizantes, debemos de dar el ejemplo, de que lo que Veracruz necesita es hombres y mujeres comprometidos con su entorno, con su sociedad, para seguir trabajando por la consolidación de esta Cuarta Transformación que llegó para quedarse. Así que no hay de otra, la moneda está en el aire y así debemos de seguir, con una política de resultados.
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