El pasado 15 de junio, Jesús salió de su natal Arroyo Hondo, en Misantla, en busca del sueño americano.
Acompañado de su sobrino Pablo, hicieron sus maletas y partieron con el objetivo de buscar mejores condiciones de vida para sus familias.
12 días después, la historia terminó en tragedia. Los restos de ambos fueron hallados al interior de un tráiler en San Antonio, Texas.
Con el corazón destrozado, la madre de Jesús, Patricia Ortega, dijo que su hijo trabajaba en el campo y tenía 43 años. Buscaba llegar a Florida a trabajar de albañil.
“Él se fue para ayudarme, porque ya no quería que yo me fuera a trabajar al corte de uva en Sonora, me dijo: “má, yo me voy a ir para ayudarla, ya no quiero que trabaje en el campo” y yo le deseé que pasara con bien, ahora siento que el se fue con ese pendiente”, expresó.
Jesús se fue con su sobrino, Pablo, quien también tenia ganas de reunir recursos para sacar adelante a su familia, ya que su esposa se encuentra embarazada de 3 meses.
Él vivía en Tlapacoyan y tenía 20 años de edad. Estaban contentos porque sí lograron cruzar con bien.
“Hablamos con ellos el 21 de junio y nos dijeron que ya estaban allá, que estaban contentos, que ya le faltaba un poco para llegar a su destino, pero los abandonaron ahí en el tráiler, ya no aguantaron más y se murieron ahí”, expresó Alejandro Álvarez Ortega, tío de Pablo.
El día de hoy, familia exige justicia y que les traigan los restos de Jesús y Pablo para darles sepultura.