Efraín Rábago Echegoyen, presidente Nacional de Criadores de Aves de Combate, dio a conocer que debido a la prohibición de las peleas de gallos, se han vistos afectados 500 mil empleos de forma directa e indirecta en todas las tradiciones.
En conferencia de prensa realizada en conocido café del centro de Xalapa, Rábago Echegoyen dijo que piden que los reciba el gobernador del Estado, ya que se lo han solicitado en muchas ocasiones y no los ha querido recibir y sólo los atiende el secretario de gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, pero no les ha resuelto nada sobre la iniciativa que presentaron para que regresen las peleas de gallos a Veracruz.
Señaló que no los recibe el gobernador, ni da luz verde para que avance la iniciativa que presentaron, donde no sólo solicitan las peleas de gallos, sino también el embalse en Tlacotalpan y la Xiqueñada, las cuales son muy importantes en el Estado.
Dio a conocer que al no permitir las peleas de gallos se afectan 500 mil empleos directos e indirectos en todas las tradiciones, en el Estado hay un poco más de un millón de gallos, lo cual se convierte en empleos, además de que el criador más grande a nivel mundial, el señor Tito Chapa, el cual lamentablemente acaba de fallecer con una producción de 15 mil gallos al año, le da empleo a 45 personas que quieren sostienen a su familia.
Asimismo, indicó que a muchos galleros ya se estaban viendo afectados por la prohibición de las peleas y ahora con la pandemia se vieron más afectados y dependiendo del semáforo será como se lleven a cabo, y admite que en muchas ocasiones se realizan de forma clandestina lo cual es mucho riesgo.
"Estamos muy preocupados, los compañeros que viven gracias a esas tradiciones, en un momento dado quieren venir a hacer otras marchas, plantones, pero hemos insistido en que no lo debemos hacer por la misma pandemia", reiteró.
Los galleros pidieron que se piense en el valor de una tradición como esta porque, por ejemplo, el haber prohibido los animales en los circos, llevó a la quiebra a esta industria. "Los extremistas animalistas, que se dicen llamar así, decían que era un atraco, lo que no pensaron es que esta industria financiaba UMAS para la reproducción de animales en peligro de extinción", destacaron.
Finalmente, resaltaron que cuatro estados decidieron que ese tipo de tradiciones fueran consideradas patrimonio cultural, además de que la producción de aves de combate a nivel nacional arroja una derrama económica anual de más de 34 mil millones de pesos y este estado es el productor número uno del País, con el 30 por ciento de producción.