El programa del gobierno de México “Sembrando Vida”, no entra en un contexto detonador del desarrollo económico sustentable, dijo el biólogo Héctor Hernández Andrade, exdirector forestal del gobierno del estado.
“Este programa no entra en un contexto detonador del desarrollo económico sustentable; si el objetivo es mantener a la gente entretenida en el campo con un contexto de estabilidad social, justificando de esta manera la incapacidad del gobierno de generar empleos donde más se necesite, pues es como estar haciendo hoyos, tapar hoyos y mantener entretenida a la gente”, sentenció.
Cabe mencionar que el gobierno federal proyecta sembrar un millón de hectáreas con árboles frutales, maderables y agroindustriales en 19 estados de México. Destinando un presupuesto de 12 a 15 mil millones de pesos.
Dicho programa busca dar apoyos a 400 mil campesinos en 19 estados. En el primer año de implementación, beneficiará a 220 mil campesinos y abarcará 550 mil hectáreas.
Hernández Andrade mencionó que dicho programa está bien en su planteamiento original, pero señaló que los técnicos sociales y productivos no hicieron encuestas para poder identificar las estrategias de vida que por generaciones han permitido subsistir a los campesinos, y así conocer las necesidades reales de los productores.
Explicó que la agroforestería consiste en inducir la siembra de árboles en medio de los cultivos tradicionales como el maíz y frijol, “eso está bien porque la agricultura va de la mano con la ganadería, pero debemos de identificar las especies de árboles que ellos (los agricultores) han utilizado, como son las de usos múltiple”.
Aseveró que, si el programa Sembrando Vida está plantando cedros y caobas en las hectáreas de los campesinos, ocasionará problemas a largo plazo, estas especies tienen una plaga denominada el barrenador de las meliáceas (Hypsipyla grandella Z); esta larva destruye el retoño terminal principal, barrenando y haciendo túneles en los tallos jóvenes. Esto ocasiona que el árbol se bifurque y su valor comercial disminuya de forma considerable.
Remarcó que combatir el gusano barrenador es muy caro, principalmente en tiempos de lluvia, son miles de pesos al mes el gasto de estar fumigando las hectáreas y son productos muy tóxicos; por lo tanto los agricultores no podrán costear el mantenimiento de estos árboles maderables.
El cedro está incluido en la Norma Oficial Mexicana 059, la cual protege especies en riesgo; que esta especie es sembrada en áreas muy alteradas como son las orillas de las carreteras: "el cedro se multiplica en zonas cafetaleras, en zonas de cacahuatales en Tabasco, este va entreverado en las zonas para poder confundir a la plaga. Pero si es plantado en altas densidades a mil cien árboles por hectárea, esto se vuelve una mesa para las plagas las cuales destruirían dichas siembras”.
Cuando estos árboles maderables estén ya con la posibilidad de comercialización, necesitarán por ley hacer un estudio y entrar al programa de Unidad de Manejo de Flora y Fauna Silvestre (UMA), el cual tiene que ser aprobado por las autoridades correspondientes y cada año hacer un reporte; dicho programa tiene un costo de 30 a 35 mil pesos.
No hay demanda de cedros en la actualidad, lo cual no hace muy viable la siembra de cedros y caobas en el programa federal Sembrando Vida.