La Higuera Son Jarocho es un grupo integrado en su mayoría por niños que tocan la jarana, el requinto, pandero y zapatean sones como El Cascabel, El Colás o La Bamba.
Quedaron atrapados con este género luego de tomar un taller en la colonia Higueras, ubicada en la periferia de Xalapa. Ahí aprendieron a tocar estos instrumentos y formaron este grupo que reunió a los cinco hermanos de la familia Esteban Campos, quienes sueñan con grabar un disco.
Santiago, el menor, quien ahora tiene diez años y Omar, fueron los primeros niños de la familia que empezaron a tomar clases de jarana hace dos años en el taller de arte popular que dirigió José Luis Xocuit García Canela.
Posteriormente se sumaron Axel Esteban Campos, el mayor de los hermanos, de 19 años quien ya tocaba percusiones y guitarra, y ahora toca la guitarra de son y sus hermanas Natalia, quien toca la jarana segunda, canta y baila, y Samanta, de 14, quien toca el pandero, el güiro y la quijada de burro, además zapatea.
“Me gusta mucho la unión y el cariño que hay entre todos y me gusta mucho hacer música con ellos porque son mi familia” expresó Samanta minutos antes de que tocaran en el Fandanguito del Día del Niño que se llevó a cabo en el Centro Recreativo Xalapeño.
En los dos años de formado el grupo, los hermanos Esteban Campos han tocado en diferentes espacios dentro y fuera de esta capital. “Nos gusta mucho estar en otros lugares, que nos puedan conocer” dijo Omar.
Su mamá, la señora Isabel Noemí Campos, ha apoyado el talento y sueño de sus hijos, aunque no ha sido fácil, pues los gastos se multiplican por 5 cada que salen a tomar una clase o a tocar en un fandango o en una presentación. Los niños han sido autodidactas en su mayoría, por lo que requieren de alguna beca para profesionalizar sus estudios y apoyo para lograr su sueño: grabar un disco.
“Ellos es lo que desean…estoy impresionada con ellos, porque ellos han hecho sus instrumentos, aparte de que han aprendido a tocar, ellos los hacen. Tocando en las calles han sacado fondos para hacer sus vestuarios…todo ellos lo han conseguido solos, con apoyo del maestro, por su puesto, pero sí nos gustaría que por apoyo a ellos y a su gusto por la música se les abrieran más oportunidades, porque como son niños de una familia es más difícil, los gastos y esas cosas… para trasladarlos es difícil porque no contamos con vehículo”, declaró en entrevista.
Los hermanos Esteban Campos no tienen límites y su pasión por la música que han aprendido desde sus cortas edades los hace reír, convivir y disfrutar en cada nota y verso, la alegría del son jarocho.