La Semana Santa es un proceso especial para el año litúrgico, la cual inicia este Domingo de Ramos; de ahí se desprende todo lo que vive y celebra la iglesia católica en la que considera la Semana Mayor.
En entrevista en Sin Muros con el Vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, recordó todo lo que se vivirá en esta celebración del trigo pascual con la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Dijo, que estos días son un periodo de descanso, de visitar a familiares, pero sobre todo de encontrarse con uno mismo; es un tiempo positivo de pausa para recuperar las fuerzas.
Al cuestionarle el por qué no se debe consumir carne en esta temporada de cuaresma, el presbítero comentó que la iglesia tiene un periodo de preparación y celebración que consiste en fortalecer el espíritu para entrar en comunicación con Dios, donde los creyentes buscan suprimir el placer que le da el consumir carne, acto que no solo se hace de manera individual, sino también de manera solidaria.
“Cuando nosotros entramos en abstinencia, en este caso de comer carne, siente hambre y esto le permite tomar conciencia que hay muchísimas personas en México, el mundo y alrededores que no tienen lo básico, lo necesario para vivir”, comentó.
Además, con esto se busca crear conciencia y solidarizarse, pues hay muchas personas que sufren situación de hambre.
En cuanto al ayuno que la iglesia pide a los feligreses para prepararse y disponerse para la Semana Santa, Suazo Reyes, comentó que este hecho sólo ocurre dos veces al año; uno el Miércoles de Ceniza, que está relacionado con la muerte de Jesús y el otro el Viernes Santo.
Explicó que hay distintas maneras de practicar el ayuno, lo cual ayuda en la evangelización, una de ellas consiste en probar un solo alimento fuerte durante el día; por la mañana consumir algún vaso de agua, café o jugo y al mediodía consumir un alimento fuerte.
“El ayuno es recomendado para fortalecer el espíritu”.
En lo que respecta a las actividades de la liturgia, recordó que inician con el Domingo de Ramos en todas las parroquias, la cual tiene dos momentos importantes; la gloria y la cruz, que es la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. En esta celebración se hace una lectura de la vida de Jesús, se bendicen los ramos y se hace una procesión proclamando a Cristo Rey.
Posteriormente viene la Pasión de Cristo, para después dar paso a la Misa Crismal que se llevará a cabo en la Catedral Metropolitana, el miércoles a las 11 de la mañana. En esta celebración, los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales y se hace la bendición de los tres santos olios; el de los enfermos, de los catecúmenos y el Santo Crisma, mismos que serán repartidos a las 86 parroquias de la ciudad.
La celebración de trigo pascual es el jueves santo por la tarde, y concluye el Sábado Santo. Empieza el jueves con la misa de la cena del señor, donde se recuerdan cuatro aspectos; la institución de la sagrada eucaristía, la Última Cena; la noche santa, donde Jesús se reunió con sus discípulos y se da paso al cuarto aspecto que es el lavatorio de pies, el cual significa un signo de servicio a los demás.
Para el Viernes Santo se tiene la celebración de la pasión; se hace la lectura de la pasión, se lleva la cruz y se venera de manera especial, “porque en ella Cristo se ha redimiendo y nos ha salvado; preside el altar de la iglesia y está presente en todos los sacramentos”.
El Sábado Santo es la coronación de la Semana Santa, que significa el triunfo de Jesús sobre la muerte y que está dividido en cuatro momentos; el primero es el lucernario, un signo muy antiguo donde se recuerda el triunfo de Jesús y se enciende el cirio pascual, una vela que representa el mensaje de paz a los feligreses.
El segundo momento es la liturgia de la palabra, donde se leen textos de la sagrada escritura, desde de la creación del mundo hasta la salvación y resurrección de Jesús.
Posteriormente sigue el momento bautismal, donde las parroquias se preparan para llevar a cabo bautismos o renovación de este sacramento, el cual es el primero de siete y es considerado como la puerta de la salvación.
Por último, se hace la liturgia eucarística, consagración y distribución de los dones para la comunidad cristiana.
El Vocero de la Arquidiócesis, antes de finalizar su entrevista, invitó a los creyentes y no creyentes a participar esta Semana Santa para celebrar el amor de dios y acercarse a vivir con intensidad, fe y devoción estos momentos sagrados.