De acuerdo con el artículo de Samuel Aguirre Ochoa, Prospera fue un programa social dirigido al combate a la pobreza durante más de 20 años, el cual benefició a casi 30 millones de personas en ámbitos educativo, alimenticio y de salud y que ahora con el gobierno de la 4T, se transformó en el Programa de Becas para Bienestar “Benito Juárez”.
Dicho programa desapareció con el argumento de que había corrupción e intermediarismo y que había que terminar con ambos problemas. Sin embargo, no existía tal intermediarismo, ya que los apoyos eran entregados directamente por funcionarios de la SEDESOL a las familias beneficiarias, ahora sí hay un intermediario, el Banco Azteca propiedad de Ricardo Salinas Pliego.
Al transformarse en un programa de becas, desaparecieron los componentes de salud y alimento, eliminando el subsidio que se le otorgaba a las familias para adquirir alimentos y recibir atención, para que el único que se mantiene sea el de las becas, con lo cual el 15% de los hogares beneficiados quedará automáticamente fuera del programa, ya que no cuentan con ningún integrante que sea estudiante. Al otorgarse el dinero directamente a los estudiantes se va a generar conflicto entre éste y la jefa del hogar.
Con esto se continúa la focalización, pero menos transparente, en las reglas de operación se señala que el programa está dirigido a los hogares que se encuentran por debajo de la “línea de pobreza extrema por ingresos”, más no se detalla el procedimiento para calcular su monto.