Con un mensaje en una cartulina donde dice que tiene VIH y quiere llegar a Chiapas, Roberto García Archila pide dinero para comprar un boleto que lo lleve a reunirse con su familia.
Sentado en la banqueta, afuera de un banco en la avenida Enríquez, en el centro de Xalapa, Roberto de 61 años recibe de la gente que pasa unas monedas y billetes.
"Vengo de Tijuana y en estas condiciones, que estoy infectado de VIH, ya he llegado a un grado que ya no puedo valerme por mí mismo. Ya no puedo trabajar, falta de vista, condición física y todo", comentó en una breve entrevista.
Su familia lo cree desaparecido, aseguró, pues desde hace casi ocho años que salió de Chiapas no los ha contactado. Comenta que tiene hijas y nietas a quienes decidió buscar y contarles que está enfermo. Vivió en el norte del país y ahora recorre varios estados para llegar al sur.
"A lo largo de toda la República he venido de Tijuana, Sonora, Sinaloa, Jalisco, todo para acá en estas condiciones. Lo único que pido a las personas que tengan buena voluntad de ayudarme, no quiero un dineral ni nada de eso, nomás estoy pidiendo un boleto para irme a Chiapas". "Para reubicarme con mis hijas, con mis nietas, para platicarles lo que me pasó, para recibier el perdón de ellas porque...no saben. Ya van a pasar siete años que estoy, para ellas estoy desaparecido".
Sin dar más detalles, entre el ruido de la ciudad en hora pico aseguró que contrajo VIH a consecuencia del alcoholismo: "No quiero involucrar a mi familia, porque ellos no tienen la culpa de la imprudencia que yo cometí, el error". "Me fui a trabajar a la frontera, nada más que realmente, a veces la ignorancia y a veces el vicio del alcohol te hace cometer unas imprudencias de que a veces es irremediable, como el caso que me pasó a mí".
Dice que llegó ayer miércoles a Xalapa procedente de la Ciudad de México, "por el rumbo de Perote". En una maleta dijo portar medicamentos antirretrovirales que le han dado. No es atendido en ningún hospital.
"Ahorita ahí traigo mi tratamiento y mis medicinas que me han venido dando en el trayecto de mi camino, personas que no quisieran estar en la condición en la que estoy yo...muchas veces quieren que me quede con ellos ahí y ya como podamos salvar mi físico está decadente. Me ando poniendo en condiciones más malas porque desgraciadamente también en lo moral quisiera yo reunirme con mi familia".
Roberto García Archila asegura que está arrepentido. No recuerda algún número telefónico y evita dar el nombre de sus familiares, aunque autorizó que se difundieran sus datos y su entrevista en video.
"Antes no deseaba yo esto. Tenía yo otro pensar, pero realmente ya me reubiqué con Dios y ahora va con mi familia".
¿No ha contactado a alguien de su familia?
-Nadie, nadie, asegura.
"Con el tiempo que pasó ya olvide los números, cambió mucho la situación".
¿Cómo se llaman sus hijas? se le preguntó.
"No me gustaría decírtelo para que no saliera a la luz pública. Por una imprudencia mía, en un pueblo chico como Chiapas es un infierno grande después" insistió.
"Yo lo único que quiero, donde pueden darse cuenta de que no estoy mintiendo y que soy una persona en mis cinco cabales, que estoy hablando la ayuda que yo quiero, pueden revisar en internet en el Registro Civil de Tuxtla Gutiérrez. Ahí aparece mi nombre. Soy del 58...soy del 11 de julio de 1958".
Con el mensaje escrito: "Soy enfermo de Sida, te pido bondad y que me ayudes a llegar a Chiapas. Regálame una moneda. Estoy acabado en salud y como persona. Ayúdame a salir de esta situación cruel", Roberto logra conmover a quienes pasan y leen su letrero. Lo observan cabizbajo y ponen una moneda en la maleta roja que colocó junto a él en el piso de la avenida Enríquez.