Frente a los estragos que la cultura de la muerte nos está dejando a todos en estos últimos tiempos de crisis, descomposición social y sin rumbo, los creyentes estamos llamados a responder con esperanza y con una actitud positiva a través de diferentes acciones que nos ofrece la cultura de la vida. No podemos ni debemos quedarnos paralizados frente a lo que está sucediendo en estos tiempos turbulentos.
La violencia generalizada manifestada en asesinatos, secuestros y asaltos, la imposición de la agenda de género y del pensamiento único están vaciando de espiritualidad y de racionalidad la vida de occidente. Hay un desprecio terrible por la vida, se están invirtiendo los valores, se ataca a la familia, se cierran las puertas a la trascendencia…Los desafíos que tenemos enfrente son gigantescos.
Resulta alentador encontrarnos cada vez más con organizaciones civiles, grupos, asociaciones y personas en general que comulgan con la causa de la vida y la promoción de las instituciones familiares que la historia de la humanidad nos ha dejado como un patrimonio valioso que nos da identidad y ha dejado tantos beneficios.
En el estado de Veracruz las agrupaciones y asociaciones civiles humanistas se han organizado de manera creativa para defender y promover la vida, el matrimonio y la familia. Prácticamente se han mantenido constantes y entregados a pesar de los ataques que constantemente se reciben de parte de quienes son promotores del pensamiento políticamente correcto.
La Iglesia católica se siente respaldada y motivada por todas estas organizaciones que se mantienen firmes y perseverantes en esta lucha. Y por su parte mantiene como opciones pastorales la defensa y la promoción de la vida, el matrimonio y la familia, así como de las libertades fundamentales. Para responder a los desafíos que se encuentran actualmente en estos temas, se están llevando a cabo una buena cantidad de eventos espirituales, pastorales, formativos y académicos que desde el seno de la Iglesia se están impulsando con este propósito.
Tal es el caso de la reciente JORNADA DE BIOÉTICA que se llevó a cabo el pasado 16 de febrero de 2019, en el Salón Texín de Coatepec, organizada por el Comité de Ética para la Vida y la Familia, perteneciente a la Arquidiócesis de Xalapa. Donde, Además de la Conferencia Magistral pronunciada por el Pbro. Dr. José Luis Alvarado Jácome que retomó y proyectó las conclusiones del primer Congreso diocesano por la Vida, se montó una exposición didáctica abarcando los diferentes temas relacionados con el inicio de la vida humana.
Los integrantes de la Asociación Civil Derechos del Concebido, de la Ciudad de Perote, Ver., hicieron una estupenda exposición que lleva por nombre Feria de la Vida donde a través de diferentes módulos se concientiza de manera didáctica, amena y creativa sobre el regalo de la vida humana y el drama del aborto.
A nivel nacional e internacional se ha reconocido que la Iglesia es la única institución que se opone a la antropología marxista y a la cultura de la muerte. Nos anima saber que esta labor milenaria de la Iglesia, que se ha asumido con espíritu apostólico en los últimos años, ha motivado también el compromiso y el liderazgo de muchos hermanos para frenar los ataques oficiales a la vida, las instituciones familiares y las libertades fundamentales.
El aparato oficial utiliza cifras inexistentes y genera una percepción diferente, pero nuestro pueblo está en contra del aborto y de la ideología de género que promueve desde las instituciones de gobierno una serie de programas y medidas que afectan seriamente el matrimonio y la familia. La Iglesia y las asociaciones civiles se mantendrán con esta agenda permanente para construir la cultura de la vida y recordarle a nuestros gobernantes que no pueden pisotear los valores de nuestro pueblo.
Somos conscientes de que la tarea no depende sólo de nuestras fuerzas, quienes profesamos la fe cristiana sabemos también que Jesús se subió a la barca de Pedro (Lc 5, 3) y que él es quien la dirige con su sabiduría y su providencia. Por lo tanto, confiados en su Palabra seguiremos echando las redes, porque cuando seguimos su voluntad entonces suceden los milagros (cfr. Lc 5, 4-7).