El Instituto Veracruzano de la Cultura lamenta profundamente el sensible fallecimiento de Sergio Pitol Demeneghi, veracruzano de crianza y corazón, abogado de formación y escritor por vocación, nacido en 1933.
Dedicó su vida a la literatura como un voraz lector, un consumado bibliófilo y un magistral escritor. Narrador y ensayista, hombre lúcido y autor fecundo, viajero incansable, diplomático, aventurero, defensor de los animales, ganador de las preseas literarias más importantes, entre ellas el Premio Juan Rulfo, el Premio Herralde de novela, el Premio Nacional de Ciencias y Artes, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio Miguel de Cervantes y el Premio Internacional Alfonso Reyes.
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y traductor de algunos de los autores fundamentales en la literatura universal, su propia obra ha sido traducida a otros idiomas.
Autor de veintiséis libros de ensayo, narrativa y memorias, además de quince antologías, Sergio Pitol sabía, como vivir, escribir es sangrar, es quitarse la piel, es exhibirse. Escribir es ser mejor, es amar y ser amado, es grabarse a fuego la derrota del tiempo y la victoria sobre la muerte a través de la propia obra. Escribir es conocerse. Colocarse ante la responsabilidad de la palabra.
En voz de Sergio Pitol: “Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas”.
Deseamos pronta resignación a sus familiares y amigos, una gran pérdida el mundo literario.