La reserva de la biósfera de Los Tuxtlas se ha puesto en riesgo al ser cancelado el pago de servicios ambientales o “bono verde” a los ejidatarios de la región de San Andrés Tuxtla y Catemaco; más de 6 mil hectáreas podrían ser usadas para cultivo y ganadería, dejarían de ser un pulmón para la entidad veracruzana y para el país, lamentó el alcalde sanandrescano Octavio Pérez Garay.
El pasado miércoles, los 495 ejidatarios cuyas tierras son parte de la declarada reserva, fueron informados por la Comisión Nacional Forestal que se suspendía este pago por los recortes presupuestales. El coordinador de los programas federales en la región, Roberto Enríquez Ruiz les anunció la suspensión.
No les dio alternativa, pues el programa Sembrando Vida, les dijo, tiene recursos limitados. Además, de acuerdo con el alcalde, dicho programa es para reforestar y para recibirlo tendrían que talar árboles y sembrar los que les asigna el gobierno federal, por lo que el munícipe observó que es más caro lo que pretenden hacer con el nuevo programa, que lo invertido por hectárea anualmente por servicios ambientales.
"Ese es un mal negocio para el gobierno, porque en el programa Sembrando Vida pagan 4 mil 500 pesos mensuales más 500 pesos que se van a un fondo de ahorro, es decir que son 5 mil pesos mensuales", observó el alcalde.
Las pérdidas ambientales serán lamentables, ya que indicó que ante la falta de árboles que ya se prevé, podrían perder yacimientos de agua captada y oxígeno; esas regiones arbóreas darían paso a zonas de cultivo o ganado.
El munícipe aseguró que el único paliativo que espera para tratar de salvar la situación es que el próximo año el Congreso local permita que, entre las partidas presupuestales para el Ayuntamiento, puedan tener un programa que permita hacer estos pagos ambientales, aunque el recurso sería menor pues el presupuesto para San Andrés Tuxtla también es limitado y con adeudos por el saqueo que se hizo en administraciones anteriores.