Dicen por ahí que “la belleza cuesta” y muchas personas se lo toman muy enserio pues hacen de todo para conseguir la imagen que desea, pero tampoco hay que llegar al extremo de poner en riesgo la salud y la vida con algún tratamiento o procedimiento estético.
Eso exactamente le pasó en 2018 a una joven francesa de 19 años llamada Estelle que decidió hacer un cambio radical en su imagen al pintarse el cabello de negro. Todo parecía fácil así que compró un tinte en el supermercado y luego su mamá se lo aplicó en casa.
Todo iba transcurriendo normalmente, Estelle se realizó la prueba de alergia que se indicaba en la caja del producto, espero 30 minutos para conocer los resultados y nada pasó así que procedieron a la aplicación. Mientras el producto humedecía el cabello, la joven comenzó a sentir comezón en la nuca y el cuero cabelludo, pero creyó que esto era normal.
Sin embargo, horas después de haberse lavado, la comezón se intensificó así que decidió ir a la farmacia en donde le recomendaron una pomada para contrarrestar las molestias.
Estelle se había teñiido el viernes y el domingo al despertar notó que el tamaño de su cara había aumentado a causa de una preocupante hinchazón que incluso le impedía abrir los ojos. De inmediato su madre la llevó al hospital donde fue tratada con corticosteroides y antihistamínicos.