Ni el propio gerente de Jewelry Unlimited, una compañía de diamantes con sede en Estados Unidos, sabe cómo fue que llegaron docenas de pulseras de brillantes hasta la casa de Dale Dickerson, un concejal de la ciudad de Olive Branch que solamente había encargado un brazalete de diamantes.
Para su sorpresa, cuando recibió el pedido se encontró con las joyas pero tras recuperar el aliento llamó a la empresa para comunicar el error.
Según relató, el gerente con el que habló parecía estar preso del pánico, sin embargo, tras devolver los brazaletes sobrantes, la compañía agradeció la honestidad del hombre y le envío un par de aretes de diamantes como gratitud.