Como cada año, artesanos del Barrio del Artistas de la Ciudad de México cumplieron con la tradición y celebraron la tradicional Quema de Judas, una actividad en la cual figuras de personajes del ámbito político, cultural e intelectual, nacionales e internacionales son quemadas ante el escarnio público.
En la Plazuela del Torno, del Barrio del Artista, los paseantes por el Centro Histórico detuvieron su marcha para observar la quema de los Judas, 10 muñecos de carrizo forrados en papel china y sistema de cohetones en toda su estructura, que colgaban de los árboles de la plazuela.
Entre las coloridas figuras que colgaban se encontraban los nombres de personales de la vida política de México, expresidentes de la República, medios de comunicación locales, televisoras nacionales, candidatos al gobierno de Puebla, incluso los nombres del TLCAN, ISIS y el muro de Trump.
Alberto Gómez, integrante de la Asociación de Artes Plásticas del Barrio del Artistas, en entrevista indicó que cada año aumenta el número de personas que atestiguan esta fiesta, heredada por los españoles durante la Conquista, con el propósito de mofarse de la persona que ha traicionado, o que ha estado en boga, o que se ha ganado la antipatía de la gente.
El entrevistado enfatizó que la Quema de Judas en Puebla es una tradición que se celebra desde 50 años y el Barrio del Artista es el único lugar donde se lleva a cabo, para ello los artesanos cooperan y con una inversión total de siete mil pesos es que se lograron las 10 figuras.
Indicó que para los artesanos no es difícil elegir a los Judas que serán quemados, “lo que es difícil es elegir solo a 10, pues son más los personajes odiados o que han estado en boca de todo mundo por sus acciones o declaraciones”, dijo.
Para garantizar la seguridad de los presentes, personal de Protección Civil Municipal realizaron la supervisión de las instalaciones de los muñecos, mismo que en cuestión de 20 minutos se convirtieron en cenizas.
Uno a uno fueron quemados los Judas, entre los aplausos y ovaciones de las cerca de mil 500 personas, entre adultos y niños ahí presentes, entre pobladores y turistas, que también emitieron rechiflas en contra de cada muñeco.