Por considerar que hay un desvió millonario cada semestre, la tarde de este martes, un grupo de estudiantes protestó a fuera del Instituto Nacional de México en Orizaba e hicieron lo mismo en las oficinas de la Dirección.
Se inconformaron y exigieron la renuncia del director Rogelio García Camacho, así como la rendición de cuentas en la aplicación de los recursos recaudados.
“De acuerdo con algunas aproximaciones hechas por nosotros, el instituto obtiene cerca de 11 millones de pesos cada semestre, recursos que hasta el momento no han sido transparentados por las autoridades educativas. Hicimos cuentas del dinero que entra a la institución y son alrededor de 11 millones de pesos por semestre, somos casi 6 mil estudiantes y pagamos mil 250 en cada semestre, de igual manera sacan 2 mil fichas los de nuevo ingreso la cual cuesta mil pesos, entran mil estudiantes aproximadamente, esos estudiantes pagan 2 mil 850, a eso le sumamos que aproximadamente 800 estudiantes que pagan una multa de cien pesos por no recoger a tiempo sus horarios”.
Dijeron que ante todo ese ingreso millonario, las instalaciones registran muchas carencias.
“Esa es nuestra inconformidad pues nos damos cuenta de las necesidades que tiene la institución, nos faltan cañones, no tenemos bancas, los salones se repletan de estudiantes y a veces hay gente que se tiene que quedar parada, los laboratorios están en pésimas condiciones y el poco material que tenemos no sirve”, expresó el estudiante Pedro Moreno Canseco.
Mencionó que no es posible que esos 11 millones de pesos se vayan en la pintura de la escuela o en la rehabilitación del portón y la construcción de una barda.
“Queremos hablar con el director, el viernes ya lo fuimos a buscar y no nos permitió la oportunidad de hablar con él, nos dijo que no nos iba a recibir ningún oficio, queremos que enfrente a todos los estudiantes y nos diga qué se hace con todo ese dinero, esos 11 millones”.
Después de unos minutos de protesta en las oficinas de la Dirección, los estudiantes fueron atendidos de manera altanera y prepotente por el exsubdirector administrativo Arturo Ruiz Ochoa, quien retaba a los fotoreporteros a que lo retrataran y hacerlo más famoso de lo que ya es.