El Senado prepara una avalancha de cambios al “plan B” de Andrés Manuel López Obrador. El paquete legislativo del presidente, que toca leyes secundarias para reformar el sistema electoral en medio de la carrera por la sucesión presidencial en 2024, se ha atorado en la Cámara alta después de ser aprobado por los diputados la semana pasada. La principal preocupación son al menos 21 cambios propuestos por el mandatario que chocan con la Constitución y que, tal como están planteados, pueden ser recurridos por la oposición ante el Poder Judicial. Eso se ha ventilado después de que Adán Augusto López, secretario de Gobernación y principal operador de López Obrador, se reuniera este lunes con Ricardo Monreal, el líder de los senadores de Morena, el partido político del presidente, y sus aliados en el Congreso. “Si no cuidamos el contenido de las normas que estamos ahora intentando aprobar, la Suprema Corte nos puede enmendar la plana”, ha reconocido Monreal al término de la reunión.
Monreal se impone así en el Senado precipitando un más que probable retraso en la aprobación de la iniciativa, que salvo sorpresa será devuelta a la Cámara de Diputados para enmendar los puntos polémicos. De este modo, el jefe de la bancada Morena se apunta un tanto en su batalla interna con la sucesión presidencial de fondo. Y a la vez concede una pequeña victoria a la oposición, que buscaba evitar una aprobación rápida y sin debate de una nueva legislación que ya fue frenada con el formato de una reforma constitucional.
Al no contar con una mayoría calificada de dos tercios en ambas Cámaras para aprobar una reforma constitucional, López Obrador dio a conocer desde hace un mes que preparaba un “plan B”: un paquete de cambios en las leyes secundarias para achicar la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE) y quitarle atribuciones como árbitro electoral a la hora de sancionar a funcionarios públicos y partidos políticos. Esos cambios solo requieren de una mayoría simple para aprobarse, una cuota de votos que Morena y sus aliados tienen tanto el Senado como en la Cámara de Diputados. Lo que parecía ser un mero trámite para lograr la aprobación se ha complicado ante la falta de consensos dentro del propio bloque gobernante.
Esos desacuerdos se hicieron patentes en la aprobación del paquete de iniciativas redactadas por el Ejecutivo en la Cámara de Diputados, donde Morena tuvo que ceder y dar varias concesiones al Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México, sus socios en el Congreso. Los aliados minoritarios lograron echar para atrás cambios propuestos por el presidente en los requisitos para mantener el registro como partidos políticos, la forma como se cuentan los votos de las coaliciones y disposiciones que afectarían su financiamiento. Los pactos que cerraron los diputados de Morena ahora están en la mira de sus compañeros de partido en el Senado.
En el Senado tampoco hay consenso. Monreal ha señalado que hay 21 bloques de nuevas medidas propuestas que pueden ser inconstitucionales y que los cambios en seis de ellos ya han sido renegociados con Adán Augusto López. “Estoy luchando porque se incorporen elementos constitucionales. Mi labor es que se visibilicen los errores graves de constitucionalidad”, ha comentado el senador, aspirante a la candidatura presidencial y una de las voces más críticas de López Obrador en su propio movimiento. La oposición ya ha amagado con recurrir varios puntos de la legislación en la Suprema Corte.
Las disposiciones “problemáticas” que fueron aprobadas por la Cámara baja van desde cambios en la forma como se hace propaganda política en México y en los requisitos para que los legisladores puedan reelegirse hasta los pactos que se cerraron con los diputados del PT y el Verde. Monreal ha advertido de que son inconstitucionales y que la modificación de las leyes secundarias no bastan para que puedan entrar en vigor. Hay problemas, por ejemplo, para garantizar que el voto electrónico de los mexicanos residentes en el extranjeros sea “libre y secreto”; para dar respaldo legal a la eliminación de ciertas áreas en la estructura del INE y el Tribunal Electoral, o para asegurar que el Senado tenga quorum en caso de que varios representantes titulares y suplentes busquen a la vez una curul en la siguiente legislatura.
De concretarse estos cambios en el Senado, y las modificaciones se cuentan por decenas, el paquete propuesto originalmente por López Obrador tendría que volver a ser votado por la Cámara de Diputados. Y ahí surge un nuevo problema. El periodo ordinario de sesiones concluye el 15 de diciembre, el próximo jueves. El Ejecutivo tiene como prioridad que el paquete legislativo pase antes de que eso pase, pero los legisladores tienen el tiempo encima. “El secretario [de Gobernación] sí planteó el interés, no la urgencia, el interés de aprobar y de mantener las reformas contenidas en las seis leyes. Es su interés y nosotros lo respetamos”, ha declarado Monreal.
Ante los rumores de una fractura dentro de Morena, el senador ha descartado que el embrollo en la Cámara alta provoque una ruptura. “Él fue amable, respetuoso, simplemente escuchó y se llevó el planteamiento”, ha dicho sobre la reunión con Adán Augusto López, el encargado de presentar la propuesta del presidente en el Legislativo. También ha declarado que el PT y el Verde están firmes como aliados en el Congreso, incluso si al final no obtienen las concesiones que buscaban en el terreno electoral.
A pesar de eso, Monreal ha marcado su raya y ha insistido en que debe prevalecer la separación de poderes, que “la pelota está en la cancha del Senado” y que “es una cortesía política la que ejercemos al recibir al secretario de Gobernación”. El número dos del Gobierno de López Obrador ha sido más hermético y no ha hecho declaraciones públicas en las primeras horas después de su visita a la Cámara alta. López también está en la baraja de aspirantes a la candidatura presidencial.
Monreal ha anticipado que aún hay una posibilidad de que el llamado “plan B” pase al pleno del Senado en la tarde del martes. Está por verse si alcanza a ser aprobado en ambas Cámaras antes del receso del Congreso. Tras deslizar durante meses una posible salida de Morena, el senador ha confirmado a EL PAÍS que solo se hará un lado si se formaliza que el partido elegirá a su próximo candidato presidencial por medio de una encuesta. Al ser cuestionado si su futuro político depende de la aprobación de la propuesta del presidente, él ha dicho que “es una pregunta que después le contestaré en los hechos”.