Tras su captura el fin de semana pasado en Sinaloa, Rafael Caro Quintero, conocido como el ‘narco de narcos’, quedó en la antesala de su extradición a Estados Unidos, país que ya busca su entrega inmediata.
El capo, quien ya fue notificado del inicio del procedimiento de extradición en su contra, ha combatido en tribunales mexicanos su posible entrega al vecino país del norte, pero jueces, magistrados e incluso ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desecharon todos sus argumentos.
Caro Quintero alegó ante tribunales, primordialmente, que en México ya fue juzgado y sentenciado por los mismos delitos por los que el gobierno de Estados Unidos pide su extradición internacional.
Reconoció que el gobierno estadounidense lo señala como responsable del secuestro y homicidio del agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar, en febrero de 1985, pero aseguró que por dicho ilícito ya fue condenado en México a 40 años de prisión.
“Por lo cual se viola en su perjuicio el derecho derivado del artículo 23 del Pacto Federal, porque, al existir cosa juzgada, no se le puede detener de manera provisional ni mucho menos extraditarlo”, alegó a través de sus abogados.
Dichos argumentos los expresó el capo en un amparo que promovió en 2014, meses después de que un tribunal de Jalisco determinó el sobreseimiento de la causa penal 82/25-II a su favor.
Se trata del amparo 199/2014, que originalmente se tramitó ante el Juzgado Décimo de Distrito de Amparo en Materia Penal del Primer Circuito contra la extradición de Caro Quintero a Estados Unidos.
Dicho proceso ya recorrió todas las etapas procesales, incluso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Todas las sentencias que se han dictado en el mismo son contra los argumentos del capo, uno de los pioneros del narcotráfico en México.
Caro Quintero es requerido por el Gobierno de Estados Unidos para ser procesado por ocho delitos, entre ellos asociación delictuosa para cometer delitos violentos para asistir a la delincuencia organizada; asociación delictuosa para secuestrar a un agente federal de Estados Unidos, y homicidio grave de un agente federal del mismo país, entre otros.
Según la acusación, Caro Quintero dio la orden de secuestrar, el 7 de febrero de 1985, a Camarena Salazar, quien fue interrogado, golpeado, torturado y, posteriormente, asesinado. El cuerpo del agente fue localizado enterrado cerca de Guadalajara, Jalisco, el 5 de marzo de 1985.
Desde entonces, el Gobierno de Estados Unidos considera a Caro Quintero como un archienemigo; incluso lo incluyó en la lista de los criminales más buscados y ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares por su captura y busca incautarle al menos ocho propiedades en México.
“Nunca olvidaremos que Caro Quintero es responsable del asesinato del agente especial Camarena y ahora enfrenta una dura elección entre los únicos finales disponibles: una prisión estadounidense o una tumba mexicana, y ahora es el momento de elegir”, dijo hace unos años Richard P. Donoghue, fiscal federal para el Distrito Este de Nueva York.
Caro Quintero fue aprehendido el viernes pasado en San Simón (Choix), en Sinaloa, en plena sierra Madre Occidental, durante un operativo que encabezaron integrantes de la Secretaría de Marina.
Tras esta detención, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, subrayó que “no hay escondite para nadie que secuestra, tortura y asesina a agentes estadounidenses”, y agregó que su país buscaría la extradición inmediata del capo.