Este domingo 16 de abril iniciará la discusión de la iniciativa de reforma eléctrica, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la Cámara de Diputados.
Es importante recordar que, al buscar un cambio en la Constitución, en este caso aprobar la reforma eléctrica, se requiere mayoría calificada, es decir, tres cuartas partes de los asistentes al pleno, de forma que Morena y sus aliados, el PT y el PVEM, requieren votos de la oposición.
Hasta el momento, el único diputado opositor que ha anunciado que apoyará la reforma eléctrica es el priista Carlos Miguel Aysa Damas, hijo del exgobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González.
Hace unas semanas, el grupo opositor ‘Va por México’ propuso 12 puntos para que fueran incluidos en el proyecto de dictamen. Sin embargo, Ignacio Mier, coordinador de los diputados morenistas, anunció que por ahora se incorporarán 9 de las 12 propuestas.
Esta reforma busca modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, además de agregar una serie de artículos transitorios. El objetivo es derogar la reforma energética de 2013, propuesta por el expresidente Enrique Peña Nieto.
Según la visión del presidente López Obrador, la ley de hace nueve años no beneficia al país ni a los mexicanos, pues otorga mayores beneficios a las empresas particulares y extranjeras.
Por este motivo, el Gobierno de la 4T propuso la iniciativa de reforma eléctrica, la cual pretende favorecer a las plantas estatales de generación eléctrica para ser autosuficientes y, a la vez, recortar las ventas de energía de proyectos privados que provienen del extranjero, es decir, las energías limpias se verían limitadas al intentar despachar luz eléctrica al país.
Además, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ha reiterado en diversas ocasiones que, si se aprueba esta reforma, el Centro Nacional de Control Energía quedará bajo control de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En otras palabras, pasaría a ser un organismo del estado con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Por ello, la CFE tendría a su cargo la responsabilidad del sistema eléctrico nacional.
Según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), si se aprueba esta iniciativa, las tarifas de electricidad incrementarán 17 por ciento para los hogares y subirán 150 por ciento para las empresas.
Además, agregó que la reforma dañará las finanzas públicas, al atentar contra la sustentabilidad ambiental e ir en contra de los acuerdos internacionales.
Los empresarios alertaron que esta reforma destruiría el mercado eléctrico nacional y afectaría la cadena de valor del sector energético con la eliminación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), al invertir el despacho eléctrico privilegiando a las plantas de la CFE por encima de las energías limpias y baratas.
Si este domingo se vota la reforma y se aprueba, los diputados enviarán la iniciativa al Senado para su discusión y también aprobación.
De aprobarse en las dos cámaras, también se envíará a los estados de la República para que sea discutida y aprobada por un mínimo de 17 congresos. Si este escenario se cumple, la reforma se enviaría al Presidente de la República para su promulgación.