Las protestas en Cuba son una voz de alerta para que gobiernos de América Latina y del mundo atiendan la desigualdad, la inequidad y el racismo, además de los recientes efectos económicos y de salud ocasionados por la mala atención de la epidemia, advirtieron expertos.
La exembajadora de México en Cuba, Roberta Lajous, consideró que el bloqueo económico de Estados Unidos sobre la isla “es simbólico, no es total y es la excusa para no abrir a Cuba y da lugar a reprimir”.
Lo cierto –dijo– es que “hay una crisis de gobernanza” en el continente y en el mundo, prevalece “la desigualdad, la inequidad, por las crisis racial y económica en la región”.
Resaltó que es importante tener “buena relación con Cuba”, por ser “nuestro vecino” y porque se ha mantenido “una relación especial”.
porque estimó que hay una “acumulación de agravios por el déficit en su política social”. Consideró que Cuba debe “recuperar el ritmo de sus reformas económicas” en el marco de su nueva Constitución.
Para Raúl Benítez, investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte de la UNAM, las protestas son una muestra de que “se ha deteriorado la vida en Cuba”, recrudecidas por los efectos de una mala respuesta y atención a la epidemia del COVID.
“Cuba tiene capacidades para producir su vacuna, pero no para aplicarla” y la pandemia “está fuera de control”, debido a sus “debilidades estructurales”, opinó.
Al participar en el foro Meet Point Cuba y las amenazas a la democracia en Latinoamérica, lecciones para México, de EL FINANCIERO Bloomberg –moderado por el internacionalista Rafael Fernández de Castro–, los especialistas reconocieron el “respeto y cuidado” con que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado el tema de Cuba y Nicaragua.