El tocilizumab -para tratar la artritis reumatoide- y la dexametasona -corticoide- combinados pueden reducir a casi la mitad las muertes en los pacientes muy graves con COVID-19, revelaron los resultados del estudio Recovery, que evalúa varios medicamentos para descubrir cuál puede funcionar contra el coronavirus, dirigido por la Universidad de Oxford.
“Lo que publican ayer es que, el uso del medicamento tocilizumab funciona para los pacientes muy graves e incluso, cuando se combina con al dexametasona, la reducción de la mortalidad disminuye en algunos casos hasta la mitad”, explicó el Doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero de la Comisión de la Máxima Casa de Estudios para el COVID-19, en entrevista con Oscar Mario Beteta para el noticiero “En los tiempos de la radio” de Radio Fórmula.
El especialista resaltó que, tanto el tocilizumab, medicamento que bloquea una parte de la respuesta inmune, como la dexametasona son medicamentos de uso hospitalario para pacientes muy graves.
“Este medicamento se usa ya para la artritis reumatoide y ahora se agrega al manejo hospitalario del COVID-19, junto con el oxígeno y otros componentes del tratamiento de los pacientes graves”, apuntó.
De acuerdo con el ensayo, el efecto en la reducción de mortalidad se ha identificado en pacientes hospitalizados con hipoxia -déficit de oxígeno- e “inflamación significativa”, que han necesitado ventilación mecánica invasiva.
En el caso de las personas ingresadas que solo han requerido un tratamiento con oxígeno no invasivo, las muertes decrecen en torno a un tercio tras el empleo de ambos fármacos.
Los investigadores han determinado ahora que el tocilizumab, que se aplica por vía intravenosa, puede reducir por sí solo un 4 por ciento la mortalidad, y que su efecto se amplifica al ser utilizado en combinación con la dexametasona.
Sus resultados se basan en un estudio aleatorio en el que 2 mil 022 pacientes recibieron el medicamento para la artritis y otros 2 mil 094 fueron asistidos con los cuidados habituales.
Los resultados indican que 596 de los individuos que recibieron tocilizumab murieron en un plazo de 28 días (el 29 por ciento), frente a 694 de quienes no fueron tratados con ese fármaco (el 33 por ciento).
Esas cifras sugieren que por cada 25 personas tratadas con el medicamento, una vida fue salvada, según subrayan los responsables del ensayo. El tocilizumab también incrementó las probabilidades de los pacientes de recibir el alta en un periodo de 28 días, desde el 47 por ciento hasta el 54 por ciento.
“Ensayos previos con tocilizumab habían mostrado resultados heterogéneos y no estaba claro si los pacientes se beneficiarían de ese tratamiento. Ahora sabemos que los beneficios del tocilizumab se extienden a todos los pacientes de COVID con bajos niveles de oxígeno y una inflamación significativa”, declaró Peter Horby, jefe adjunto de Investigación del proyecto Recovery.
“El doble impacto de la dexametasona y el tocilizumab es impresionante y muy bienvenido”, recalcó el profesor de la universidad inglesa de Oxford.
Con información de EFE y el programa radiofónico “En los tiempos de la Radio” de Oscar Mario Beteta.