«¿Qué pasa en un país donde las masacres dan risa, las pandemias caen como anillo al dedo, la ley se “consulta”, las instituciones se coartan, las rifas no salen, los niños se mueren por desabasto, las mujeres no valen, la mentira se normaliza y los paleros son docs honoris causa?»
La primera respuesta resulta obvia. La última encuesta de GEA-ISA ubica a Andrés Manuel López Obrador con un 39%, la calificación más baja en 18 meses de su gobierno, la semana más negra de AMLO.
La segunda respuesta es sobre las historias que cuenta en sus homilías mañaneras, con su conocida narrativa, esa, la que le crearon sus intelectuales orgánicos —Epigmenio Ibarra, John Ackerman y Lorenzo Meyer— que ya se agotaron y no tienen salida.
Se acabó la 'magia' mañanera
Las historias que les habían funcionado al principio ya no tienen sentido. Como la de la venta del avión. Desde la campaña prometió que llegando lo vendería, se topó con que no lo podía vender, entonces lo rifaría, tampoco pudo rifarlo, luego dijo haría un “sorteo conmemorativo”, un gran sorteo magno de la Lotería, que de paso eliminó, este sí, el tradicional sorteo conmemorativo de la Independencia.
Sabemos el resultado: no vendió los boletos, no recaudó lo que esperaba y el tema de la rifa quedó como una burla más a la población.
El caso Lozoya, uno de los delincuentes más buscados por corrupción, fue publicitado hasta el cansancio durante tres o cuatro semanas. Todos creímos que al fin se haría justicia. ¿Qué pasó? Lozoya llegó y se fue a su casa, ni siquiera pisó un juzgado, le devolvieron su casa y hasta sus videos resultaron ser un verdadero fiasco. Nada más se publicó el video de Pío López Obrador el tema de Lozoya ya no fue más del interés de las mañaneras de AMLO.
Va en contra de los intelectuales orgánicos, como Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y muchos más a quienes acusa de que vivieron del erario y de que guardaron silencio, los compara contra otros que dice son “honestos” como Lorenzo Meyer y John Ackerman además de los periodistas que asisten todas las mañanas a su homilía.
La realidad es que sus intelectuales orgánicos son iguales a los anteriores, el hijo de Lorenzo Meyer es el secretario de Desarrollo Urbano y la esposa de Ackerman, secretaria de la Función Pública, además, a los reporteros de la mañanera ligados a la 4T, sin ningún rigor académico, les regalaron un grado de doctor, incluido el tuerto que no es tuerto o el tal Lord Molécula, que busca emular al payaso Brozo, pero sin la cultura y educación del de los pelos verdes. Otro teatro que se le cae.
La consulta para procesar a los expresidentes es otra más de las grandes narrativas que le preparan sus intelectuales orgánicos, Epigmenio y Ackerman, como de chiste, porque de leyes no le explican nada.
Porfirio Muñoz Ledo lo expresó con claridad: “El presidente de la república no tiene propiamente fuero porque es sometido a juicio de procedencia cualesquiera que sean las causas. Se trata de un juicio político en el que la Cámara de Diputados actúa como órgano acusatorio y el Senado como órgano de sentencia. No se le arresta como a ‘un ciudadano común’. Y si tiene mayoría en cualquiera de las Cámaras no pasa nada”.
Dijo AMLO que la pandemia “le caía como anillo al dedo”
Lamentablemente ya suman más de 10 mil víctimas a lo que Hugo López-Gatell llamó el momento catastrófico, mientras que el camarada presidente insiste en que van disminuyendo los contagios.
De la economía, ni hablar, la caída de este año será de dos dígitos y hasta ahora no se han tomado medidas para paliar la situación. Mantiene contra viento y marea el plan que puso en marcha desde su llegada en diciembre del 18 y, desde entonces, sin pandemia ni caída de los precios del petróleo, ya se ligaron cuatro trimestres consecutivos en caída, recesión que con la pandemia se agudizó. Pemex no levanta, su producción se registra como una de las más bajas de la historia y su deuda como una de las más altas.
Para cerrar la semana negra, hasta los de Frena lo pusieron contra la pared y quedó de manifiesto que no quitó al grupo de granaderos y que sí está dispuesto a reprimir a sus enemigos.
En la conferencia de la mañana del lunes 21 de septiembre, mostró su careta represora, al responder a una pregunta de los que han tomado las casetas de peaje, advirtió, en particular a los que de la carretera Tepic-Mazatlán, que los “levantaría” con la Guardia Nacional, pero cuando lo cuestionaron sobre los bloqueos de la CNTE respondió: “No es lo mismo, que todos nos portemos bien, que haya diálogo, nosotros no vamos a reprimir. Y que no se dejen manipular, que sean causas justas por las que se proteste”.
Al final de cuentas la narrativa de las mañaneras pasó de ser el vehículo más importante para fortalecer su imagen, a ser un mecanismo de defensa donde a diario termina con contradicciones, así quedó manifiesto esta última semana del septiembre negro que vive el compañero presidente y camarada.