La Comisión de Desarrollo y Conservación Rural de la Cámara de Diputados aplazó la votación del dictamen de la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo y perfiló la convocatoria a parlamento abierto para escuchar las opiniones de autoridades, productores, expertos y académicos al respecto.
Por unanimidad, los legisladores integrantes de la comisión dictaminadora retiraron dicho asunto del orden del día de su reunión de este miércoles debido a las advertencias de organizaciones de productores sobre una probable caída en la producción de maíz híbrido y la eventual alza del precio de la tortilla desde 15 hasta 60 pesos, en caso de ser aprobada la nueva ley.
"Hemos sido testigos de una fuerte campaña mediática en los últimos días en contra de la ley y yo también creo que es muy irresponsable por parte del Consejo Nacional Agropecuario el plantear cosas que no vienen en el dictamen, pero sí tienen cierto efecto de asustar a la población", puntualizó Diego del Bosque, de Morena.
Propuso por ello diferir la discusión y votación del proyecto hasta aclarar los objetivos de la ley ante la opinión pública.
El panista Absalón García secundó la proposición y planteó convocar a parlamento abierto con la participación de los expertos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), universidades y organizaciones de productores, así como a las promoventes de la iniciativa para esclarecer las inquietudes expresadas en los últimos días.
"Hablar de la protección a la riqueza genética de nuestros maíces es obligación de todos, pero también el que podamos brindar certeza al sector productivo del campo nos generaría que podamos dar a la sociedad una ley que le pueda dar satisfacción a todos los involucrados en el campo", dijo.
En su turno, el legislador priista y dirigente de la Confederación Nacional Campesina, Ismael Hernández, coincidió en la necesidad de instalar mesas con los actores involucrados para privilegiar la discusión técnica y científica, no política ni ideológica, sobre la preservación de los maíces nativos, sin poner en riesgo la seguridad alimentaria.
"Lo primero que tenemos que reconocer es que somos el país número uno importador de maíz en el mundo y entonces, a partir de eso, tenemos que ser congruentes con una posición de análisis serio, no ideológico, no político, sí comercial, sí técnico, sí defender a los productores, pero no a costa de la seguridad alimentaria que sin duda tenemos que equilibrar", afirmó. Con información de Elia Castillo.