Al menos cuatro civiles murieron el jueves en el fuego cruzado entre militares e integrantes del Cártel de Sinaloa, durante el fallido operativo de captura de Ovidio Guzmán.
Mientras el hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán estuvo retenido, en 19 puntos de Culiacán ocurrieron bloqueos, amenazas de muerte a familias de militares y 14 enfrentamientos en las calles.
En una de esas balaceras murieron dos empleados de la carpintería DIMSA. El propietario del comercio narró a REFORMA que los envió a una entrega y cuando venían de regreso quedaron en medio de la refriega.
Los cuerpos de ambos fueron velados, uno en Culiacán y otro en Mazatlán, y los gastos fueron soportados por su empresa.
"Los fondos que yo tenía para trabajar los invertí en los muchachos, en pagar los sepelios y nadie me ha dicho nada ni ayudado en nada. Todavía tengo que pagar el daño de la camioneta", señaló.
Los cuerpos de ambos trabajadores quedaron tirados en el Sector Tres Ríos, junto a la camioneta del negocio y una patrulla militar.
A unos metros quedó una camioneta azul. En la parte trasera yacía el cuerpo de un joven de 21 años, de nombre José Guadalupe, quien se dedicaba a arreglar motocicletas.
Su cuerpo fue llevado al Servicio Médico Forense hasta 15 horas después de que ocurrieron los enfrentamientos.
A unos 400 metros ocurrió una situación similar. Ahí estaba el cuerpo de un hombre que quedó tirado en el estacionamiento de un supermercado. Según autoridades locales, era trabajador de la zona.