Estamos a punto de cumplir un año de la desaparición de mi esposo y a la fecha la Sedena no nos ha apoyado en su búsqueda y se niega a buscarlo, cuando es la primera instancia que debería de haberlo buscado, denunció Yareli Hernández Martínez, esposa del militar quien lleva más de 10 meses desaparecido desde el pasado 5 de diciembre del 2018, cuando el elemento de la Secretaria de la Defensa Nacional, de nombre Carlos Valadez Hernández, encargado de dar mantenimiento a las astas banderas monumentales, desapareció abordó de un ferri en el trayecto de la Paz, Baja California a Mazatlán, Sinaloa, sin que a la fecha se tenga noticias.
También señaló que el día de la desaparición quien estaba como segundo al mando era el sargento primero David Osorio Chulin, quien tuvo contacto con su esposo, así como el cabo Oscar Javier Gutiérrez Hernández, y a la fecha, no han querido hablar sobre el paradero de su compañero y la SEDENA tampoco los ha llamado a declarar para resolver el caso, Yareli Hernández, asegura que estas dos personas y el subteniente José Juan Hernández Urbina saben y son responsables de lo que le paso a Carlos Valadez.
La denunciante dijo que fue contactada por el General Solano y la Teniente coronel Judith, de la unidad de Atención Ciudadana de Sedena (univic), quienes se comprometieron a hacerse cargo del caso, pero antes tenían que firmar unos documentos pertinentes, a unos días de la firma de los documentos, se les informó que el General Solano ya no estaba en esa área y quien estaba a cargo era la teniente coronel Judith, misma que les dijo que el caso de la desaparición, ya no le competía y que fueran a Justicia Militar en donde a la fecha no les han dado ninguna información.
Y añadió que, desde la desaparición de su esposo, ha acudido al departamento de Justicia Militar, y al Sexto Batallón de Materiales de Guerra en Sedena, quienes a la fecha se han deslindado de la desaparición y no dan ninguna información. La única respuesta le llegó de Sedena le llegó el pasado 3 de marzo y fue la baja de su esposo a esa dependencia militar, según ellos por faltar más de 3 meses y esa orden viene directamente del Secreta-rio Luis Cresencio Sandoval.
“Es una injusticia que cesen a mi esposo quien fue el único que desapareció estando en servicio con 11 militares más y él fue el único que desaparece sin que nadie se diera cuenta y a la fecha nadie ha declarado sobre la situación.
Al poco tiempo de la desaparición de mi esposo, el 6 de diciembre llegó a mi casa el jefe de la Fabrica, capitán Samuel Valdivia para informarme que mi esposo no aparecía, y quien dio el aviso a la Ciudad de México, fue el sub teniente José Juan Hernández Urbanas, quien llevaba el mando de esa tropa de donde desapareció mi esposo.
También fui a Mazatlán y me entreviste con el Mayor de Justicia Militar que lleva el caso de mí esposo, de nombre Mayor Alfonso Martínez Arana quien me dijo tajante, que a ellos no les cometía directamente la búsqueda de su esposo, que acudiera a otras autoridades como la extinta PGR, y esa es la negativa en Sedena.
“Me siento con gran impotencia el saber que quienes están por salvaguardar nuestra seguridad, son quienes te dan la espalda y más porque mi esposo cuando desapareció es-taba activo y en servicio y eso a Sedena no le importa.
Tengo dos hijos que a diario me preguntan por su padre y ya no sé qué más decirles, el mayor medio entiende la situación, pero mi hija más chica, sabe que su papá esta traba-jando y que pronto regresará.
Me he encontrado con muchas barreras, nadie me quiere ayudar a localizar a mi esposo. La únicamente mano bondadosa ha sido la de la asociación de Elena Solís, que es en donde he tenido todo su apoyo, ella me ha acompañado a la Fiscalía de Toluca en donde nos atendieron e incluso me está apoyando en poder traer la carpeta de investigación de Mazatlán a la Ciudad de México, para hacerlo un caso federal por ser mi esposo un ser-vidor público y estamos en ese proceso.