A partir de hoy primero de enero de 2018 sólo será válida en México la nueva versión de la factura electrónica, único medio de comprobación fiscal, y no hay prórroga para su emisión obligatoria, de acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El organismo fiscalizador expone que la actualización de la factura electrónica a su versión 3.3 forma parte de las medidas para simplificar el marco tributario a través del uso de tecnología, lo que le permite una interacción más transparente y sencilla con el contribuyente.
La factura electrónica en su versión 3.3 es una obligación de quien realiza actividades económicas y percibe un ingreso, realiza una retención y paga nómina.
Esta actualización tiene como objetivos incrementar la calidad de la información para brindar mejores servicios a los contribuyentes; eliminar prácticas indebidas y errores en la captura de información, así como transformar la interacción con los pagadores de impuestos, agrega.
Los principales cambios a la factura electrónica son la incorporación del recibo electrónico de pagos, así como la estandarización en el registro de la información para la identificación de claves de productos o servicios y unidad de medida, identificación por concepto de los impuestos y descuentos aplicables, y se incluyen 46 reglas de validación.
La factura electrónica 3.3 incorpora información específica sobre los pagos recibidos, con lo cual se identifican facturas que han sido pagadas total o parcialmente; registra la forma en que se realizó el pago, el momento de la
causación del IVA y los pagos realizados que fueron facturados de manera previa.
Hasta el 30 de junio de 2018 no se considerará infracción registrar una clave que no es precisa en las facturas versión 3.3, y sólo se debe poner el detalle del producto o servicio y de la unidad de medida.
La modernización de la factura electrónica permitirá validar automáticamente el RFC de los clientes y evitar errores de captura; simplificar la emisión de facturas y la conciliación de pagos; ofrecer a los clientes facturas con mayor detalle, y evita la cancelación de facturas que han sido pagadas.
Además, al emitir y recibir facturas, la contabilidad y las declaraciones serán más simples; ya no se presentará declaración informativa; se colabora en la automatización de procesos entre contribuyentes y el SAT.