Pacientes acusaron que el IMSS cerró en julio la clínica de linfedema del Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde se atendían mil 350 personas, 90 por ciento mujeres con secuelas por cáncer de mama, y que era la única que existía en el país. El linfedema provoca hinchazón en brazos y piernas, al punto de que los brazos pueden pesar hasta 40 kilos.
Esta afección se presenta en 40 por ciento de las mujeres con cáncer de mama que fueron sometidas a cirugía en la axila para extirpar los ganglios mamarios o a radioterapia, explicaron.
Es el caso de Erika Ramírez, paciente de 39 años, quien desarrolló linfedema tras el tratamiento que recibió y acudía a terapia de drenaje linfático en la clínica.
«Mi cáncer empezó hace tres años en la mama derecha y hace siete meses me regresó en la mama izquierda. Me quitaron ganglios mamarios junto con mis senos y, después de eso, mi brazo se afectó con linfedema», afirmó en entrevista. Tras el cierre de la clínica, sostuvo, las pacientes son referidas a sus unidades médicas de primer nivel para ser atendidas ahí; sin embargo, afirmó, los médicos de estas unidades no están preparados para tratar el linfedema.
«Se los dije en mi clínica familiar: ‘¿Están capacitados en realidad y saben cómo es el tratamiento adecuado que debemos de llevar?’. No me supieron contestar», aseguró Erika. A la fecha, lleva casi dos meses sin recibir la terapia que requiere.
«Lamentablemente se va haciendo más y más grave la hinchazón, lo que le llaman pata de elefante, y hasta uno puedo perder el brazo. De hecho, ahorita yo pierdo fuerza en el brazo, no tengo la misma movilidad que el otro brazo y sí hay secuelas», sostuvo. Agregó que en este hospital también se canceló el grupo de apoyo para pacientes con cáncer llamado Nueva Imagen.
«Nos ayudaban a orientarnos, ahí aprendíamos y, lamentablemente, no lo han abierto desde que cerraron la clínica de linfedema». De acuerdo con la Fundación Salvati, hasta 40 por ciento de los pacientes que dan la batalla al cáncer de mama, ovario, cervicouterino, melanoma o próstata enfrenta otro desafío: evitar el linfedema, y con ello, que sus brazos pesen hasta 40 kilos y sus piernas hasta 80.
Esto se debe a que durante las operaciones se puede afectar el sistema linfático, lo que causa que el líquido linfático se acumule en brazos y piernas si no hay prevención con fisioterapia y uso de medias y guantes de compresión.