De acuerdo con un reportaje de Imagen TV, donde se hace un recorrido por el Instituto Nacional de Neurología, se dejan ver las carencias que existen en el lugar, al no contar con el equipo y material necesario, un impacto que ha generado el recorte de presupuesto.
Las personas que laboran en ese nosocomio, comentaron que los tubos orotraquiales los deben fijar con tela adhesiva porque no cuentan con los aparatos necesarios.
A pesar de que los médicos tratan de dar un mejor servicio, las limitantes impiden el atender de la manera debida a los pacientes, por lo que lo único que les queda decir es que tengan paciencia. Situación que los ha llevado a trabajar bajo protesta.
De seis cirugías diarias que se realizaban en el 2018, este año se redujeron a tres por día.
Por otra parte, las sábanas para vestir las camas son insuficientes; se requieren cerca de mil sábanas por día y apenas llegan a 100, por lo que deben improvisar con pañales y campos.
No cuentan con suficientes bombas de infusión sanguínea y tienen que reciclar las pocas con las que cuentan, además, carecen de tiendas para oxígeno, filtros, heparina, lacosamida intravenosa, equipo para aseo bucal, trampas para cultivo de secreciones, equipo Medex, entre otros más.
En el área de neurocirugía, un cubículo se encuentra cerrado debido a que no funcionan las camas al no contar con colchón, “no porque no se los hayan puesto, es porque no tenemos colchón”, declaró Ignacio Romero, líder de la Sección 55 del Sindicato de Trabajadores de SSA.
A falta de equipos de bomba, deben manejar tiras horarias, las que indican cuántos mililitros de medicamento van a pasar por hora, lo cual dicen los trabajadores, es “regresar a la época de las cavernas de más de 30 años”.