A nivel nacional los ciudadanos siguen sin identificarse con los partidos políticos y a pesar de que el partido Morena tenía una aceptación del 50 por ciento en las pasadas elecciones presidenciales, hoy es del 38 por ciento, señaló Luis Octavio Arias, director de la casa encuestadora Arias Consultores.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Arias destacó que “esta población que no se identifica con ningún partido político ha crecido muchísimo. En las elecciones (Presidenciales) teníamos una indiferencia por los partidos políticos de cerca del 10 y el 12 por ciento y ha crecido hasta el 38 por ciento.
“Morena tenía el 50 por ciento de las preferencias político electorales en la elección del Presidente de la República, ahora tiene 32 por ciento y no esperábamos un rechazo tan grande, donde el 30.7 por ciento considera que Morena es el peor partido político, claro, no le gana al PRI que tiene el 43 por ciento de rechazo”, afirmó.
El especialista refirió que esta falta de identificación con los partidos políticos podría traducirse en abstencionismo, sobre todo en rechazo con el partido Morena, luego que “vendió una expectativa de cambio muy alta”
“Podría traducirse sí en abstención, en molestia con Morena porque vendió una expectativa de cambio muy alta y, sobre todo, si vemos a detalle la radiografía, los estados donde ganó Morena, los estados donde los gobernadores estaban muy mal calificados, fueron estados donde el capital político de Morena creció bastante, y estos mismos son los que han degradado la marca de Morena: Ciudad de México, Tabasco, Chiapas, Morelos, Puebla”, expresó.
Sobre el caso de Morelos, con Cuauhtémoc Blanco al frente y quien se encuentra como el peor evaluado en el sondeo mensual sobre el desempeño de los gobernadores, el director de la casa encuestadora Arias Consultores explicó que “la principal razón de su desaprobación se llama Cuauhtémoc Blanco. La intransigencia que tiene en aceptar que sus niveles de aprobación se encuentran bajos. La probación se interpreta de muchísimas maneras.
“Es mala calidad de vida, insatisfacción en seguridad, insatisfacción en apoyo a personas con escasos recursos, turismo, economía, empleo, inversión. La constante justificación de los problemas volteando hacia atrás ya no es una herramienta muy rentable”, afirmó.