"Dame 100 mil pesos, y te consigo una pistola fregona, una tipo escuadra con su paquete de cargadores. Vas a ver qué chula está”, le dijeron a don Jesús Viruel, desesperado por comprar un arma y usarla en casos de “legítima defensa”, después de sufrir dos asaltos en las inmediaciones de la Central de Abastos, en la Ciudad de México.
Conoció al contacto en México Armado, un sitio web abocado, teóricamente a seguidores de la caza y el tiro deportivo, pero empleado ya por coyotes y defraudadores en la comercialización de armamento prohibido. Intercambiaron teléfonos y correo electrónico; el sujeto le envió imágenes de la supuesta escuadra y mensajes en los cuales elogiaba su efectividad y potencia. A la par, le pidió un anticipo de 20 mil pesos para cerrar la transacción.
Al final, un familiar, más avezado en el tópico de armas, lo previno: las fotografías correspondían a una pistola distinta a la prometida.
“Es muy difícil que la Sedena otorgue un permiso de portación para armas de este tipo, y tampoco es garantía de que sea original y tenga un origen legal”, fue la alerta.
La gama de delitos y timos se ha extendido en esta plataforma cibernética, en la cual se ha denunciado hasta el robo y venta de armas registradas ante la Secretaría de la Defensa Nacional.
“Si a algún compañero le robaron o extravió un revólver .38 spl S&W y está registrado, le tengo información del arma y de la persona que me lo vendió. Agradeceré que envíen modelo y número de serie para llegar a un acuerdo, puesto que yo pagué de buena fe y me lo vendieron sin problemas, porque según lo trajeron de Estados Unidos”, detalla una de las denuncias.
“El arma no tiene papeles ni nada”, es una expresión recurrente en otras negociaciones.
¿Quiénes son los usuarios de esta red? Aunque sí se corroboró la presencia de simpatizantes del tiro y la caza deportiva, conocedores de la regulación en la materia, e incluso hubo oportunidad de charlar con algunos de ellos sobre los riesgos de esta tribuna, también se detectaron perfiles policiales o militares, quienes alardeaban de la capacidad de sus armas:
“He aquí uno de mis Colt Diamondback en .38, el hecho de ser militar no quiere decir que no me guste este tipo de revólver, puedo subir un Colt Pyhton, un Colt Anaconda, o cualquier calibre más grande al .38, pero no caeré en ilegalidad civil”.
Y algo aún más grave, usuarios inclinados a la violencia: desde personas con experiencia en tiroteos hasta recetas para matar…
“Cuando te involucras en tiroteos, en lo que menos te fijas es en tamaños o estampidos de las armas, menos en los calibres, lo primero que sale es el instinto de conservación, ya sea neutralizando la amenaza o huyendo de ella”.
“Sería bueno una escopeta y más si se carece de buena puntería, con ella se pueden dejar fuera de combate a más de uno, nomas que se junten pa’la foto y zasss… el escopetazo, pero luego viene el tiradero que hacen esas armas, sangre por todos lados, tripas, sesos y demás, y ¿quién va a limpiar?”.
“Mejor una pistolita o revólver y listo, una bolsa negra y ya”.
Son recurrentes frases como: “Si sabes cuántas armas posees, es porque no tienes suficientes”… “Hay que crear nuestras propias armas y municiones, si no queremos que nuestros asuntos interiores los decidan quienes nos las proporcionan”… “Prefiero que me juzguen entre 12 a que me carguen entre cuatro”… “Una sociedad armada es una sociedad respetada”… “Si lo matas, cómetelo”… “Las armas son los dientes de la libertad de la gente”… “Si quieres paz, prepara la guerra”… “El calibre de tu arma sólo importa, si fallas”… “Es mejor ejercer toda la fuerza letal hasta verlos derribados o se te acaben las balas”… “Cuando las armas hablan, las leyes se callan”.
Aunque en diversas ocasiones el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) ha requerido a la Sedena proporcionar los “nombres de quienes poseen licencias para la transportación de armas relacionadas con actividades deportivas, de tiro o de cacería”, éstos se han mantenido en resguardo, no sólo por negativas institucionales y la lentitud en la resolución de recursos promovidos por los solicitantes, sino también por las argucias legales de los aludidos.
Miles de permisionarios, organizaciones, clubes de tiro y grupos de cazadores han promovido amparos para mantener en secreto la información, pues, aducen, se trata de datos sensibles y, ventilarlos, pondría en riesgo su seguridad personal.
Así, en un ámbito de actividades encubiertas, iniciativas como México Armado han encontrado en la red la posibilidad de la compraventa ilícita de armas y hasta una forma de hacer negocio con esta comercialización.
Los administradores ofrecen el servicio de la intermediación en el trato entre ofertantes y clientes. La idea es involucrar al foro en los acuerdos económicos… “México Armado recibe el dinero y, cuando comprador y vendedor están satisfechos, el foro libera los recursos…, por una comisión de 7 por ciento sobre el monto total de la transacción”, se explica en la propia página.
Y mientras la regulación del comercio de armas entre particulares es todavía un pendiente en las normas, un tema olvidado, la violencia y los homicidios se desbordan en el país…