El pasado mes de marzo fue un inning difícil para el presidente López Obrador, quien se llevó algunos abucheos y además sufrió el desaire del rey de España, Felipe VI, quien rechazo? la solicitud de AMLO de ofrecer una disculpa histórica a los mexicanos por la conquista hace 500 años.
De acuerdo con una encuesta nacional telefónica, el 59 por ciento de los consultados expresó una opinión desfavorable hacia la solicitud que hizo López Obrador al rey de dar una disculpa por la conquista. En contraste, el 27 por ciento vio esa acción con ojos positivos.
La solicitud de disculpas se sitúa, así, entre las acciones más impopulares del gobierno del tabasqueño, junto con el retiro de recursos a las Estancias Infantiles, que genera 28 por ciento de opinión positiva y 58 por ciento negativa.
No obstante, López Obrador mantiene un nivel de aprobación del 78 por ciento y una desaprobación que alcanza 19 por ciento.
Esto va acompañado de niveles de favorabilidad de hasta 87 por ciento a la propuesta de su partido de reducir el financiamiento público a los partidos políticos, y de 83 por ciento que opina favorablemente acerca de la política de austeridad propuesta por el Presidente y materializada, entre otras cosas, a través de la reducción salarial a funcionarios y empleados públicos.
Ligeramente por debajo, pero con un alto nivel de opinión favorable, aparece la creación de la Guardia Nacional, con 74 por ciento. El plan de una nueva refinería en Tabasco cuenta con 69 por ciento de opinión positiva, mientras que la inauguración del nuevo estadio de beisbol en la Ciudad de México generó 64 por ciento de opiniones favorables. Por su parte, el 60 por ciento de los entrevistados opina positivamente acerca de aprobar otra reforma educativa.
Sin embargo, la opinión negativa predomina en los temas de concesionar canales de televisión y radio a iglesias evangélicas (41 por ciento) y en el manejo que se percibe respecto a los bloqueos de la CNTE (38 por ciento).
Considerando las diversas acciones del gobierno de López Obrador durante el mes que pasó, y empleando un lenguaje beisbolero, el 29 por ciento opina que el Presidente bateó de jonrón, el 44 por ciento cree que bateó un sencillo, el 7 por ciento considera que bateó de foul, y 15 por ciento afirma que al jefe del Ejecutivo lo poncharon.
Esta misma escala aplicada a ciertas acciones específicas, ilustra que unas de ellas lucen como mejor bateo que otras: entre los jonrones que se le atribuyen al Presidente está el fortalecimiento del peso (54 por ciento lo vio como jonrón) y pedir a los banqueros que reduzcan sus comisiones (50 por ciento).
Por el contrario, los ponches que le registra la opinión pública son el rechazo del rey a dar una disculpa, como lo solicitaba el Presidente (41 por ciento lo vio como un ponche), el abucheo que se llevó en el nuevo estadio de los Diablos Rojos del México (31 por ciento), y, por si fuera poco, la reacción del mandatario al señalar que dicho abucheo previno de la porra fifí (28 por ciento). Por lo visto, el Presidente también abanica y se poncha, pero en la pizarra su aprobación sigue intacta.