En medio de la noche y la maleza, la maestra de primaria fue puesta de rodillas. Policías de Veracruz querían abusar de ella, por tercera vez ese día, pero un silbido entre la oscuridad lo impidió y quizás, también, la salvó de una muerte segura.
Antes de dejarla ir uno de los oficiales la miró y dijo "no sé a qué Santo le rezaron, pero los vamos a soltar, pese a que nosotros nunca dejamos cabos sueltos".
Lo anterior, sucedió el pasado 15 de marzo de este 2019, según lo relatado por la afectada, una profesora que regresaba de dar clases en el municipio de Tlalixcoyan, localidad conocida en el puerto jarocho como La Mixtequilla.
De manera directa, la víctima señala sin titubear a elementos de la Fuerza Civil del Estado de Veracruz, dependencia adscrita a la Secretaría de Seguridad Estatal, al mando del titular, Hugo Gutiérrez Maldonado.
Ese día, cuenta, fue un infierno para ella y otras seis personas, tres hombres y tres mujeres, que también fueron torturados, golpeados, asaltados y abusados por los uniformados.
Todo empezó, a las 14:00 horas en la comunidad Las Trancas, en la carretera federal de Mata Espino, a unas dos horas de Veracruz.
La víctima, de identidad resguardada, confirmó vía telefónica a La Silla Rota las vejaciones que sufrió junto con el resto de los afectados.
Por esos hechos, la Fiscalía Séptima Especializada en la Investigación de Delitos de Violencia contra la Familia, las Mujeres, Indígenas, Niños y Trata de Personas, abrió el expediente 834/2019, para dar con los responsables.
Según el relato de la profesora, ese 15 de marzo salió de su trabajo para dirigirse a su residencia ubicada en el puerto de Veracruz, algo que hace de manera habitual.
Desde hace tres semanas, esa región, que comprende municipios como Tierra Blanca y La Tinaja, es considerada de alto riesgo por los enfrentamientos entre policías e integrantes de grupos delictivos que declararon la guerra a las fuerzas del orden.
La profesora aseguró en su denuncia, cuya copia está en poder de este medio informativo, que detuvo la marcha para comprar una bebida en un puesto de cocos, en ese momento cinco patrullas la rodearon y, sin pedirle autorización, revisaron su vehículo. Dos policías la sometieron sin motivo y la subieron a la batea.
Ella mostró sus identificaciones y detalló de dónde venía y para donde iba, pero cada que preguntaba era golpeada. Le quitaron todas sus pertenencias, incluyendo dinero y tarjetas bancarias.
Por un lapso de dos horas la tuvieron retenida, dando vueltas, con los ojos vendados. En todo ese tiempo recibió golpes en piernas y manos con el lomo de un machete y algunas bofetadas y golpes en la nuca, así como amenazas de muerte.
Después, según su declaración, regresaron al puesto de cocos, allí un policía bajó con sus llaves, arrancó su camioneta para llevársela. En ese momento, pudo ver a través del vendaje y avistó más personas retenidas que venían en las otras unidades.
En total eran otras tres mujeres y tres hombres, amontonados y amordazados que fueron trasladados a un paraje, todo el tiempo recibiendo agresiones verbales.
Relató a la Fiscalía que el lugar tenía una edificación con varias habitaciones, algunas parecían oficinas, además de que el patio estaba lleno de tráileres y otros carros.
La maestra y el resto de las mujeres fueron seleccionadas por los presuntos policías para violarlas. Por separado las llevaron a las habitaciones, abusaron de ellas sobre colchonetas, hasta casi la medianoche.
Posteriormente las siete personas fueron llevadas a otro predio, en donde pudieron apreciar que a lo lejos pasaba una carretera con mucho tráfico vehicular.
Ahí, atados de las manos con cinchos de plástico, siguieron siendo golpeados, ahora con una tabla. Luego otro intento de violación sin éxito, hasta que al final de la tortura les dijeron que los iban a matar.
En ese momento apareció la misma patrulla que los trasladó hasta ese lugar. Uniformados hicieron señas y les silbaron a los otros supuestos policías, de inmediato corrieron, subieron a la unidad y se fueron, abandonandolos en medio de la nada.
Una de las mujeres que no estaba sujeta ayudó al resto a soltarse y corrieron en sentido contrario de la carretera, adentrándose a la maleza, por temor a que estuvieran los agresores, esperando para dispararles.
En la carrera, uno de los hombres buscó a su esposa que estaba en el grupo, como no la encontraba, en solidaridad, todos decidieron regresar a buscarla. Estaba tirada, amarrada todavía, la rescataron y al ver que ya no había nadie entonces decidieron salir a la carretera.
Caminando, lesionados, llegaron a una casa que tenía iluminación pidieron ayuda diciendo que los habían asaltado pero les negaron el apoyo por temor a problemas. Siguiendo su andar, localizaron otra vivienda pero pasó lo mismo.
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La única información que les dieron, fue que en dos horas caminando llegarían a la intersección con el poblado de La Tinaja, pero antes una camioneta estacionada a la orilla accedió a llevarlos hasta la entrada de la iglesia en esa población.
Ahí dos mujeres y un hombre fueron llevados a un hospital debido a que tenían lesiones severas, mientras que el resto esperó otras dos horas cuando llegaron personas a ayudarlos, amigos de los lesionados que se habían ido primero.
Ante estos hechos, la maestra interpuso una denuncia por los delitos de robo, lesiones, violación, abuso erótico sexual y abuso de autoridad contra quienes resulten responsables. Del resto de las víctimas no se tienen más noticias.
Ante esto, en entrevista en la ciudad de Xalapa, el secretario de Gobierno del estado de Veracruz, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, admitió que hay varios elementos de la Fuerza Civil bajo investigación de la Fiscalía General por delitos como desaparición forzada, ejecuciones extrajudiciales y abuso de autoridad.
El funcionario aseguró que no solapará a nadie, pero no dio más detalles, sólo que muchos de esos oficiales están dados de baja de manera temporal.