La industria militar está a la vanguardia. En la actualidad desarrolla al menos 10 proyectos de alta tecnología y armamento para el eficiente cumplimiento de las misiones asignadas al Ejército y Fuerza Aérea Mexicana.
Están en puerta la fabricación en serie de la pistola ametralladora PAX-100 calibre 5.56 milímetros, que sustituirá a la MP5, que portan generales, jefes y oficiales, y un sistema de disparo a control remoto desde vehículos blindados para no exponer a los soldados a fuego enemigo, entre otros programas.
Los diseños y la manufactura, ciento por ciento de ingenieros castrenses, permitirán mantener autonomía en este sector, generar más ahorros para el Estado y evitar la salida de divisas, como ocurrió con la fabricación del fusil FX-05, dijo a MILENIO el mayor David Quintana Mora, director de Investigación y Desarrollo de Industria Militar.
Explicó que la producción nacional de esta arma reglamentaria y desarrollada en México —que reemplazó al rifle alemán G-3 H&K— representa un ahorro de 25 mil pesos por unidad. El costo promedio en el mercado de un fusil de estas características es de 35 mil pesos, mientras que la inversión de la Secretaría de la Defensa Nacional para fabricarlo es de 10 mil; es decir, 71 por ciento menos de lo que pagaría a empresas extranjeras.