En una publicación de El Universal, se dio a conocer que los ajustes sobre la perspectiva crediticia de México y Pemex por parte de Standard and Poor’s y Fitch Ratings alertan sobre la posibilidad de una baja en sus calificaciones, lo que puede generar una salida de capitales y la depreciación del tipo de cambio, consideraron analistas.
“La calificación crediticia es una medida de riesgo y ponerla en perspectiva negativa abre la posibilidad de que se le baje. Esto para México es muy importante, porque han entrado casi 300 mil millones de dólares al país en los últimos 10 años dado el diferencial de tasa de interés con Estados Unidos y parte de estos capitales pueden salir al no quedar en uno de los portafolios de inversión”, dijo la economista en jefe de Banco Base, Gabriela Siller.
Este lunes, Standard and Poor's ajustó de estable a negativa la calificación de Pemex, en línea con el cambio que realizó el viernes pasado sobre la calificación de México.
La agencia mantiene a México y a Pemex con la calificación “BBB+”, lo cual les permite estar en el grado de inversión; sin embargo, están sólo dos escalones arriba del grado de especulación, a la cual se pueden acercar si les degradan la nota.
“Las mayores asignaciones presupuestales para Pemex en 2019 y las recientes declaraciones públicas del gobierno federal asegurando que la empresa cumplirá de manera puntual con todas sus obligaciones financieras, refuerzan nuestra evaluación de una probabilidad casi cierta de respaldo extraordinario de parte del gobierno mexicano si la empresa afronta dificultades financieras. Por lo tanto, las calificaciones de Pemex continúan reflejando las de México”, detalló Standard and Poor’s.
Con este ajuste, la calificadora confirmó su nota en escala global para Pemex en ‘BBB+’ en moneda extranjera y de ‘A-’ en moneda local. Asimismo, revisó la evaluación del perfil crediticio individual de la firma ubicándose en ‘b-’ desde ‘bb-’.
Efecto cascada. El efecto cascada no se hizo esperar y la agencia también ajustó de estable a negativa las calificaciones de 77 instituciones financieras mexicanas, así como a CFE, América Móvil, Coca-Cola FEMSA y Liverpool.
Ante el escenario, el gerente de análisis económico de Banco Ve Por Más, Alejandro Saldaña, dijo que, si bien este ajuste de Standard and Poor’s era esperado por los mercados, ante las advertencias de las calificadoras de señales encontradas en las primeras decisiones del gobierno sobre el apoyo para Pemex e incertidumbre percibida por los inversionistas, de concretarse una baja en la calificación de México se vería mayor volatilidad en el tipo de cambio, entre otros efectos.
“Si hay un movimiento en la calificación del país sí veríamos una reacción más acentuada. Podríamos ver presiones al alza en el tipo de cambio, también en rendimientos del bono a 10 años y otros plazos del gobierno federal y ajustes negativos en el mercado cambiario”, dijo.
Los especialistas coincidieron en que este año México no va a perder el grado de inversión por parte de las calificadoras, pero es muy probable una reducción en la calificación.
El ajuste de Standard and Poor’s se une al cambio similar realizado por Fitch Ratings, calificadora que desde octubre de 2018 puso en negativa la perspectiva de calificación de México y el pasado 26 de enero redujo a ‘BBB-’ desde ‘BBB+’ la nota de Pemex, dejándola más cerca del grado especulativo de inversión.
Hasta el momento, Moody’s mantiene la calificación sobre México y Pemex, pero advirtió sobre la presión que tiene la petrolera sobre la nota soberana y advirtió de que este año ajuste la nota a la baja si las decisiones del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador dan incertidumbre sobre inversionistas y sus negocios en el país.
“Ya se esperaba el ajuste de la perspectiva sobre el país, por lo que el tipo de cambio no reaccionó tanto, pero la bolsa mexicana no sigue ganando como otros mercados, todo por el miedo de un recorte en la calificación crediticia”, dijo Siller.