El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no cumplió con la oferta de sus promotores de generar más crecimiento económico y desarrollo para México, aseguró este miércoles Paul Krugman, profesor en Princeton y premio Nobel de Economía 2008.
Krugman restó peso a la opinión de quienes ven en Andrés Manuel López Obrador, Presidente de MORENA, “a un populista peligroso que amedrenta”.
La prensa estadunidense presenta a López Obrador –quien buscará la Presidencia en 2018– como un líder populista, pero en México la gente está “más relajada y menos preocupada”, dijo.
López Obrador es más parecido al ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, “un hombre que asustaba y era un radical”, pero al final fue “un buen gobernante”.
Una salida de Estados Unidos del TLCAN, a la que Krugman sólo concedió 25 por ciento de probabilidad que ocurra, reduciría el producto interno bruto (PIB) de México en 2 puntos porcentuales, un efecto de magnitud similar a la que provocó el retiro de Reino Unido de la Unión Europea, previó Krugman en una conferencia organizada por The New York Times, del que es columnista.
“El TLCAN lo que ofrece sobre todo es certidumbre y no sólo tarifas bajas para realizar comercio entre tres países”, dijo el académico. Consideró que el acuerdo comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, que está vigente desde enero de 1994, está a punto de romperse por una reacción de “ira” del Presidente estadunidense Donald Trump.
“De cualquier manera, México va a sobrevivir sin el TLCAN, en caso de que el acuerdo terminará. El país tiene una economía robusta y ha adquirido una gran habilidad en el sector manufacturero. Pero sí va a quedar más pobre de lo que sería con el tratado”, añadió.
El Tratado de Libre Comercio, dijo Krugman, sí es un acuerdo consolidado, pero ahora en Estados Unidos “domina una presidencia imperial. En Estados Unidos las reglas funcionan, pero nuestro sistema dependía de que el Presidente no iba a estar loco. Así que estamos en problemas”.
Krugman se refirió a las expectativas no cumplidas cuando el TLCAN era negociado por los tres países y que fueron las que la parte mexicana más esgrimió, de que la liberalización comercial traería crecimiento económico, desarrollo y una disminución de la desigualdad.
“La promesa general de acelerar el crecimiento con el tratado es una promesa que jamás se debió hacer”, dijo el premio Nobel.
En la teoría económica jamás hay garantía para la noción de que la liberalización comercial va a llevar a un crecimiento prominente, apuntó.
“El Banco Mundial y su teoría ortodoxa, cuando dijo que iba a haber un crecimiento económico de México a una tasa de 2 a 3 por ciento adicional, fue una mezcla de teoría con mala estadística, pero no era realidad”, apuntó.
Mejor nación
Desde la perspectiva de Estados Unidos, comentó, el TLCAN debió hacer tres cosas: se suponía, apuntó, que el acuerdo comercial iba a convertirse en un tema de política exterior; dos, se iba a hacer un esfuerzo reformista en México para que el país se tornara más democrático, abierto y más cercano a valores de Estados Unidos, “y en eso tuvo éxito, hoy México es un mejor lugar en términos políticos y democráticos, y a pesar de todo lo que se puedan quejar es mejor que en el pasado”.
Y, un tercer objetivo del TLCAN, desde la perspectiva estadunidense, era diversificar la economía mexicana, convertir a México en algo más que venta de petróleo y playas. “Sí tuvo éxito en este punto, pero el tratado también tenía que producir más desarrollo. Había ejemplos de países de Asia y Chile que sí tuvieron crecimientos milagrosos después de la liberalización de sus economías. Tratamos de convencernos que iba a ser así aquí, pero no sucedió”.
En la misma charla, Gerardo Esquivel, académico de El Colegio de México y coordinador de investigación del Instituto Belisario Domínguez del Senado, dijo que el TLCAN logró un aumento en el volumen de comercio a partir de su entrada en vigor. Desde antes del tratado, agregó, México ya enviaba 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
Desde la entrada en vigor del tratado, México dejó de hacer políticas y reformas que propiciaran que el TLCAN generara un crecimiento económico más acelerado.
“La idea de Carlos Salinas de Gortari –quien, como Presidente, promovió y firmó el TLCAN– era reducir la brecha de desarrollo de México respecto de Estados Unidos y Canadá, y eso no ha ocurrido”, afirmó.
Con información de La Jornada.