El día de ayer el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, enfrentó la audiencia inicial de dos nuevas acusaciones que le imputa la Fiscalía de ese estado. A diferencia de las audiencias del caso que le imputa la PGR, donde en general ha cosechado victorias, en esta nueva audiencia el común denominador fueron las negativas y hasta llamados de atención que le hizo el juez a él y a sus abogados.
La audiencia se desarrolló en la sala 21 del edificio judicial en el Reclusorio Norte. La misma fue encabezada por el juez capitalino Júpiter López Ruíz, quien asumió estos casos luego de que Duarte consiguiera, mediante un amparo, que no se le trasladara ante la juez de Veracruz que giró originalmente las dos órdenes de aprehensión en su contra.
La sesión se prolongó por casi tres horas. El exgobernador de Veracruz se presentó con la camisa de color caqui que corresponde a los internos del Reclusorio Norte, y con una barba más larga y tupida que la que se le había apreciado en su última aparición pública en enero pasado.
Pero la barba no fue la única diferencia. Duarte exhibió esta vez un rostro de mayor seriedad y una actitud más inquieta.
Fueron varias las veces en que se movía en la silla, en que hacía anotaciones en un papel, o en el que se volteaba a hablar con sus abogados aun cuando los fiscales capitalinos le estaban hablando de las nuevas imputaciones: el desvío de 220 millones de pesos etiquetados para obras hidráulicas y el uso ilegal de un helicóptero oficial luego de que ya había dejado su cargo.
Fue esto lo que ameritó una de las primeras reprimendas del juez al exgobernador: “le voy a pedir que ponga atención, es importante que escuche la acusación”, le dijo.
Más tarde, cuando Duarte preguntó algo que los fiscales ya habían mencionado, la instrucción fue más enérgica: “ponga atención para que el Ministerio Público no tenga que estarle repitiendo lo que ya mencionó”, señaló el juez en tono imperativo
Cumplida la primera hora de la audiencia, los abogados de Duarte encabezados por Ricardo Reyes Retaba (quien asumió la defensa tras la separación del despacho de Del Toro) ya habían recibido del juez algunas observaciones y negativas.
Por ejemplo, el juez tuvo que repetirle en tres ocasiones a uno de los abogados que protestara oficialmente el cargo de defensor luego de que al parecer no comprendía la instrucción. Después el juez negó una petición de Reyes Retana para que el nombre de Duarte no se reprodujera, bajo el argumento que esa protección solo aplicaba a los menores de edad.
Ofensiva frenada
En la audiencia inicial que el año pasado se realizó por el caso que la PGR imputa a Javier Duarte, el exgobernador y sus abogados plantearon una serie de dudas que metieron en aprietos a los fiscales, al punto en que estos no encontraban los datos que se les pedía. El juez que lleva aquel proceso terminó reprendiendo a los agentes por no encontrar los datos.
Esta vez Duarte intentó plantear la misma ofensiva con diversas dudas, pero el resultado fue distinto.
“Le voy a permitir que plantee dudas respecto al comunicado de la acusación pero si yo advierto que lo que quiere es entrar a temas de fondo lo voy a frenar porque esa es materia del debate de vinculación a proceso, en un estadio posterior, no en esta audiencia inicial” dijo el juez… y así ocurrió.
En al menos seis ocasiones el juzgador frenó la respuesta a preguntas que el exgobernador y sus abogados intentaron planear. Por ejemplo, el juez detuvo la intención de Duarte que los fiscales le explicaran como él había girado la orden para hacer las transferencias de dinero, o que le explicaran el modo, tiempo y lugar de esos hechos.
En dos ocasiones más, el juez permitió que los fiscales respondieran pero porque eran cosas que ya habían dicho. “Señale al imputado lo que ya dijeron y todos oímos” llegó a decirle el juez a los fiscales capitalinos en tono impaciente.
Uno de los abogados tomó la palabra para preguntar si la hipótesis de uno de los casos era que Duarte no había entregado la administración y bienes que tenía a su cargo como Gobernador de Veracruz tras pedir licencia, algo que la acusación también señala como ilegal.
De inmediato una de las fiscales capitalinas que hizo la acusación, Lilia Mercado Cárdenas le respondió “con todo respeto abogado no es una hipótesis, es un hecho, Javier Duarte no entregó nada cuando se fue, así de claro”.
En otro momento Javier Duarte, por su propia cuenta y sin que se le diera la palabra, intentó interrumpir a los fiscales. El juez lo volvió a reprender: “le voy a pedir que ya no interrumpa al Ministerio Público. Cuando usted habla nadie lo hace entonces aténgase a lo mismo”.
Ante el planteamiento de más dudas de Javier Duarte, el juez – en un tono de inquietud mezclado con molestia – se dirigió al equipo de abogados defensores: “señores defensores por favor asesoren a su cliente y explíquenle qué tipo de dudas puede hacer y cuáles no en este momento”, les dijo en un tono de voz más elevado.
Los abogados de Duarte hicieron un último intento de que los fiscales capitalinos respondieran más dudas. Uno de ellos le señaló al juez “respetuosamente no estoy de acuerdo con usted. El código nacional (…) marca que nos debe quedar claro el modo, tiempo y lugar de los hechos para tener una debida defensa, por lo que son dudas legitimas las que planteamos”, dijo el litigante.
Pero no hubo caso. El juez reiteró que la audiencia inicial era para “comunicar” la imputación, no para abordar temas de fondo, y reiteró “la comunicación ya la ha hecho el Ministerio Público por lo que no ha lugar con su petición”, remató el juzgador.
El último revés… del primer round
La audiencia inicial terminó con la determinación del juez Júpiter López de decretar como medida cautelar, por estas nuevas acusaciones, la prisión preventiva necesaria contra Javier Duarte. Aunque los cinco nuevos delitos que se le imputan no son graves, la resolución en realidad no podía ser distinta dado que el exgobernador ya estaba preso por el caso de lavado de dinero promovido por la PGR.
Los abogados defensores parecían no tener mayor objeción, sin embargo, Duarte pidió una vez más la palabra para sostener que prefería que el juez no dictara una medida cautelar y que lo dejara pendiente dado que él ya estaba preso.
Pero el juez otra vez rechazó esa petición. Dijo que por procedimiento tenía que dictarse una medida cautelar y no podía ser otra que la de a prisión. Eso sí, hizo la precisión de que si el exgobernador quedara libre del caso federal entonces se tendría que volver a estudiar la medida dictada en este nuevo caso.
Minutos después de concluida la audiencia se preguntó al abogado Reyes Retana por su sensación de cómo habían acontecido la sesión. El prefirió no emitir ningún juicio de valor y dijo que esperarían al próximo domingo para presentar sus argumentos.
En la audiencia estuvo presente el fiscal General de Veracruz, Jorge Winckler, quien encabeza la investigación de los nuevos casos presentados contra Javier Duarte. Aunque el caso tuvo que ser presentado por fiscales capitalinos debido a que los procesos se realizan ante un juez de esta ciudad, Winckler funge como asesor técnico de los mismos. Su rostro al final de la sesión denotaba satisfacción.
¡Fiscal la invito a comer! – le dijo Winckler a la agente del MP capitalina Lilia Mercado afuera de la sala donde se realizó la audiencia. ¡Qué buen trabajo el de hoy! – remató.