Cuando se le pregunta a Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, sobre su promesa incumplida de concluir los seis años de su gestión en Nuevo León, responde que igual prometió a su esposa “llevarla al cine mañana y no la voy a llevar”. Lo que dije no es malo, afirma.
El gobernador con licencia dice a EL UNIVERSAL que si llega a la Presidencia de la República, le irá mejor a Nuevo León.
El 29 de julio de 2015 el entonces gobernador electo de Nuevo León se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto en la Residencia Oficial de Los Pinos. Era la primera vez que un aspirante “independiente” ganaba una elección a gobernador.
A su salida de aquel encuentro, el mandatario electo sentenció: “Un Bronco será Presidente de México en 2018”.
A casi tres años de distancia y con la promesa incumplida de no dejar el cargo de gobernador para buscar otro puesto, afirma con su característico acento: “Es tiempo de que un independiente gane la Presidencia de México”.
El Bronco dice que casi no hará mítines públicos y adelanta que su campaña será 4.0 en las redes sociales, con un ejército de 10 mil jóvenes bien capacitados, donde no habrá un solo político o funcionario, porque, asegura, es una campaña de candidato ciudadano con equipo ciudadano.
Considerado un político irreverente, “políticamente incorrecto”, “creyente y hereje”, el ex priista señala que la ley es injusta, inequitativa y “muy gacha”, pero aún así logró las firmas, más de 866 mil.
Asegura que es el “hijo bastardo de la ley, pero como hijo bastardo honrará a su padre”.