El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, presumió que del lunes a la fecha los asesinatos dolosos "desaparecieron" en ciudades donde se desplegó un operativo de la PF y la PGR, pese a que enero de 2018 alcanzó un récord de homicidios ligados con el narcotráfico, según el recuento de MILENIO.
Dijo que Colima sería la excepción, ya que se investiga un delito para determinar si es clasificado como homicidio doloso.
"Es importante destacar que con la información preliminar generada por el propio despliegue en los últimos días, la incidencia de homicidios dolosos que era particularmente grave en estas zonas, en estas ciudades, comienza a contenerse, de hecho, sin que esto signifique un resultado final, porque no lo es, desde el despliegue de este operativo hasta el momento, prácticamente en estos puntos no ha sido cometido homicidio doloso alguno, quizá uno en Colima, que se está investigando con profundidad para saber a qué móvil pertenecía la comisión del delito", dijo en conferencia de prensa.
Afirmó que la estrategia de seguridad que se puso en marcha recientemente no trata de retirar a las fuerzas armadas de las tareas de seguridad pública, ya que "no existen condiciones ni operativas ni tácticas ni estratégicas", además de que "no se pretende prescindir de las fuerzas armadas".
Señaló que reducir la violencia en el país es una "responsabilidad compartida. No se trata de echar culpas, sino de asumir la responsabilidad".
Navarrete Prida estuvo acompañado de Alberto Elías Beltrán, encargado del despacho de la PGR, del comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales y del comisionado de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto.
De acuerdo con un recuento realizado por MILENIO, la violencia relacionada con el crimen organizado alcanzó un récord histórico de homicidios en enero de 2018: mil 562 personas perdieron la vida a manos de miembros de bandas delincuenciales, principalmente ligadas al narcotráfico.
Entre las entidades con más homicidios en enero estuvieron Guerrero, Chihuahua, Guanajuato, Baja California, Veracruz, Estado de México y Michoacán, donde se concentró 60.4 por ciento de los homicidios.