La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que se han registrado 90 millones de casos de COVID-19 desde que surgió la variante ómicron, hace 10 semanas, una cifra mayor que en todo 2020, el primer año de la pandemia.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que los países no deben subestimar a ómicron, a pesar de que causa síntomas más leves que otras variantes. Al mismo tiempo, mencionó “un aumento muy preocupante de las muertes en la mayoría de las regiones del mundo”.
“Estamos preocupados por la narrativa que hay en ciertos países de que, debido a las vacunas y debido al alto contagio y reducida severidad de ómicron, ya no es posible ni necesario evitar la transmisión”, expresó Tedros en una reunión de la OMS sobre la pande mia.
“Nada puede estar más lejos de la verdad”, indicó. “Es prematuro que cualquier país se rinda o declare victoria. Este virus es peligroso y sigue evolucionando frente a nuestros ojos”, remató.
Asimismo, un informe de la OMS informó que las jeringas desechables, los kits de prueba usados y los frascos de vacunas durante la pandemia se han acumulado para crear decenas de miles de toneladas de desechos médicos, lo que amenaza la salud humana y al medio ambiente.
“Descubrimos que el COVID-19 ha aumentado las cargas de desechos de atención médica en las instalaciones hasta 10 veces”, alertó Maggie Montgomery, oficial técnica de la OMS.
PFIZER PARA NIÑOS
La farmacéutica Pfizer solicitó la autorización de su vacuna contra COVID-19, para niños de entre seis meses a cinco años, a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
La dosis de Pfizer/BioNTech ya tiene la autorización para aplicarse en personas de cinco años o más. Si logra aprobarse, esta vacuna sería la primera contra el coronavirus disponible para los niños más pequeños.