La inesperada aparición de último minuto en la Ciudad de México del presidente venezolano Nicolás Maduro en una cumbre regional desencadenó un enfrentamiento con líderes aliados de Estados Unidos y revivió la división ideológica entre los gobiernos de América Latina.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, abrió su discurso en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, o CELAC, reiterando que no considera legítimo el gobierno del líder venezolano.
“Mi presencia en esta cumbre de ninguna manera representa un reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro”, dijo Benítez. “No hay ningún cambio en la postura de mi gobierno y creo que lo más caballeroso es decírtelo a la cara”.
Benítez y varios otros gobiernos regionales aliados de Estados Unidos no reconocen al gobierno venezolano como legítimo debido a las irregularidades que rodearon la reelección de Maduro en 2018. El líder uruguayo Luis Lacalle criticó la falta de democracia en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Maduro respondió desafiando a Benítez y Lacalle a un debate sobre democracia, en Paraguay, Venezuela o en cualquier otro lugar de la región. Este fue el primer viaje de Maduro al extranjero desde que Estados Unidos lo acusó de cargos de tráfico de drogas el año pasado y ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que condujera a su arresto.
Mientras se desarrollaba la reunión, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia publicó un comunicado en el que atacaba la falta de “principios democráticos” de Maduro.
El líder mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien fue el anfitrión de la reunión, dijo que la CELAC podría convertirse en el principal instrumento para unir a las naciones de la región. A través de él, los gobiernos de la región pueden construir “algo parecido a la comunidad económica que fue el origen de la actual Unión Europea”, dijo López Obrador.
López Obrador y otros líderes de izquierda ven a la CELAC como una alternativa a la Organización de Estados Americanos con sede en Washington, que excluye a Cuba. Pero su visión se vio socavada por la ausencia de actores clave, en particular el gobierno de Brasil, el país más poderoso de la región, que suspendió su participación en las reuniones de la CELAC el año pasado.
El líder argentino Alberto Fernández canceló su viaje a México por la crisis política interna del país, mientras que los presidentes de Colombia y Chile tampoco asistieron.