El padre que secuestró a sus dos hijas de uno y seis años en Tenerife (islas Canarias, España) el 27 de abril después de amenazar a la madre por teléfono, asegurando que no volvería a ver ni a él ni a las menores, había advertido a sus amigos hace un año que separaría a las pequeñas de su expareja si le denegaban la custodia, reveló este viernes el programa Al Rojo Vivo del canal laSexta.
Periodistas del equipo de investigación descubrieron que Tomás Gimeno, de 37 años, estaba "enfadadísimo con su exmujer por salir con un hombre mayor" en aquel entonces y, según contó uno de sus amigos, hasta contrató a un detective para seguir a Beatriz Zimmermann y "saber con quién estaban sus hijas". "Él no quería que estuviese con sus hijas", comentó el hombre.
Por su parte, la periodista Pepa Romero relató que en verano del año pasado Gimeno tenía el "control absoluto sobre los movimientos de su mujer y sus hijas" e incluso agredió al empresario belga de 60 años con el que salía su expareja y que era 26 años mayor que ella, hecho por el que los testigos alertaron a la Guardia Civil.
Este jueves, el cuerpo de la hija mayor, Olivia, fue hallado dentro de una bolsa a unos 1.000 metros de profundidad en el fondo del mar cerca de la costa canaria. La autopsia reveló que la niña murió por un edema agudo de pulmón. Entre tanto, se presume que la pequeña Anna probablemente corrió con la misma suerte, aunque su cuerpo todavía no ha sido localizado. La autoridades recuerdan que "en este momento se desconoce el paradero" de Tomás y su hija menor.
Según las conclusiones del programa de laSexta, el padre de las niñas secuestradas parecía "haber estado preparando durante un año entero este terreno".
"No quiero que ese viejo cuide a mis hijas"
Tomás y Beatriz comenzaron a salir cuando eran adolescentes y ambos provenían de familias adineradas, pero durante el matrimonio su historia de amor de 17 años se manchó con episodios de violencia, faltas de respeto y desprecio del esposo por su pareja y hasta por sus hijas, recogen medios locales.
Beatriz decidió separarse en verano del año pasado cuando descubrió que Tomás volvió a serle infiel mientras estaba embarazada de su segunda hija. Poco después, comenzó a salir con el empresario belga llamado Eric que se dedicaba a la venta de plantas exóticas y a quien conoció cuando este le compró un terreno a Tomás para organizar ahí una plantación.
Tomás se puso celoso y no aceptó aquella relación. El expediente citado por los medios españoles incluso recoge una frase suya al respecto: "No quiero que ese viejo cuide a mis hijas". El 30 de agosto, el padre de Anna y Olivia golpeó a Eric con un palo en un aparcamiento por salir a comer con las niñas y agredió a su expareja cuando trató de impedir el ataque, agarrándola del pelo y arrastrándola por el suelo en presencia de las menores.
Ni Beatriz, ni su novio presentaron denuncias contra Tomás, ya que la mujer no quería empeorar las relaciones por el bien de las niñas, considerando que, a fin de cuentas, era "un buen padre".
Tras el secuestro de Anna y Olivia, la Guardia Civil centró la búsqueda en el rastreo del área marítima alrededor de la isla donde Gimeno fue visto por última vez mientras salía al mar con su pequeña embarcación, que fue hallada a la deriva con restos de sangre, pero sin indicios de las pequeñas.
Las autoridades no han hallado restos de sangre de ninguna de las dos menores, ni en la lancha, ni en el coche, ni en la casa del progenitor, donde las llevó después de recogerlas de casa de los abuelos maternos el último día que se las vio con vida. Sin embargo, en el registro del domicilio de Gimeno, los investigadores encontraron varios blísteres de medicamentos, por lo que creen que el sospechoso las habría drogado antes de matarlas.