En su primer mensaje ante la nación a un día de cumplir 100 días de su presidencia, Joe Biden anunció el inicio de una nueva era de agresivo gasto público para crear empleos estadounidenses y pidió al Congreso aprobar una urgente reforma migratoria integral para 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Ante un Congreso que albergó solo 200 invitados ante las reglas de distanciamiento físico por la pandemia, pese a un cupo de 1,600 asientos, Biden se acreditó haber logrado la vacunación contra el Covid-19 de la mitad de todos los adultos en solo 100 días con más de 200 millones de dosis, e imploró al resto de los estadunidenses a salir a vacunarse.
“Estados Unidos vayan a vacunarse. Vayan a vacunarse. Las vacunas están disponibles. Ya son elegibles ahora”, pidió desde la más alta tribuna de la nación, en momentos que dos terceras partes de los estadounidenses apoyan su respuesta a la peor pandemia en más de un siglo. “Estados Unidos está en movimiento otra vez”, remató.
En su discurso, Biden fusionó un mensaje para consumo interno, al buscar equilibrar las disparidades sociales con más impuestos a los ricos y a las empresas, con un mensaje de defensa global de los intereses de Estados Unidos.
“Mi plan de empleos americanos será guiado por un principio: Compren productos hechos en Estados Unidos. Eso no viola ningún acuerdo comercial. Los dólares de Estados Unidos van a usarse para comprar productos estadunidenses… y crear empleos estadounidenses”, enfatizó.
“No hay razón por las que las turbinas de viento no puedan ser producidas en Pittsburgh en lugar de Beijing”, dijo en una de las pocas secciones de su discurso aplaudido tanto por demócratas como por republicanos.
Biden envió un mensaje directo al presidente de China, Xi Jinping: “No estamos buscando conflicto, pero le dejé en claro que defenderemos los intereses de Estados Unidos… y no vamos a permitir prácticas comerciales injustas”. Y al ruso Vladimir Putin por su injerencia en las elecciones: “No vamos a buscar una escalada, pero sus acciones tendrán consecuencias”.
Por la reforma migratoria
A nivel doméstico, Biden repasó la agenda favorita de los grupos progresistas a favor de la reforma migratoria integral con ruta a la ciudadanía, protección permanente a los “dreamers”, a los trabajadores agrícolas, elevación del salario mínimo a 15 dólares por hora, ampliación de la cobertura de salud, pago igualitario a las mujeres, más regulaciones a las armas de fuego, entre otros.
“El país apoya la reforma migratoria. Debemos actuar. Discutámosla, debatámosla, pero actuemos”, apuntó.
La ambiciosa agenda de Biden enfrenta la realidad de que solo la mitad de la población apoya su plan para revitalizar la economía y su marginal mayoría en el congreso lo obligará a negociar con los republicanos.