Texas, golpeado por el clima, está pasando del hielo al fuego a medida que los vientos secos que surgen de las Grandes Llanuras aumentan el riesgo de incendios, a tan solo un par de semanas que el estado sureño enfrentara una ola de frío extremo.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, puso en alerta a los equipos de extinción de incendios en Texas después de que el Centro de Predicción de Tormentas de Estados Unidos advirtiera sobre una amenaza crítica de incendios forestales en la parte occidental del estado, así como en Nuevo México, Oklahoma, Colorado y Kansas.
“Invito a los texanos en estas comunidades a que presten atención a la guía de sus líderes locales y eviten cualquier fuego al aire libre que pueda provocar incendios forestales”, dijo Abbott en un comunicado. “El estado de Texas está trabajando junto con las autoridades locales y los líderes de manejo de emergencias en el terreno para mantener seguras a nuestras comunidades y mitigar la amenaza que representan los incendios forestales”.
Los incendios son el último desastre climático que amenaza a Texas después de que un frío récord paralizara la red eléctrica del estado, dejara a millones sin electricidad y provocara una docena de muertes.
Ahora, al menos 2.1 millones de personas enfrentan condiciones críticas de incendios forestales, incluso en Amarillo y El Paso, Texas.
En primavera, el riesgo de incendios generalmente aumenta en las Grandes Llanuras y el este de Estados Unidos, al tiempo que en el oeste ocurre durante el verano y el otoño. Hasta el viernes, se habían reportado nueve grandes incendios en territorio estadounidense este año, el peor de ellos en Oklahoma, donde se quemaron 10 mil 558 acres, según el Centro Nacional Interagencial de Bomberos de EU.