Junto a su padre Gabriel Cantú y otros siete amigos, Lucas de 16 años de edad llegó unos momentos antes de las 2 de la tarde para ser de los primeros en ingresar al Mercedes Benz Stadium y experimentar el mayor tiempo posible del Super Bow LIII.
Con la bandera mexicana atada a su espalda, Lucas se formó en el acceso E del moderno recinto que a esa hora tenía una desnutrida fila, por lo que en cuestión de minutos llegó al punto de revisión donde el grupo mexicano fue hostigado y casi obligado a tirar en el bote de la basura el lábaro patrio que con tanto orgullo Lucas se colgó para presumir que nuestro país aportaba un contingente de aficionados al partido más importante que tiene la NFL en el año.
El padre de Lucas reseña que una mujer de entre 50 y 65 años de edad, de aspecto caucásico les exigió desprenderse de la bandera argumentando que las reglas del estadio no permiten su ingreso.
“La señora nos dijo que la bandera no podía pasar, que no teníamos donde dejarla, ahí no la podíamos guardar por lo que la teníamos que tirar en el bote de la basura”, contó Gabriel Cantú, originario de Monterrey.
El padre como el resto del grupo aguantando la rabia que les provocó la invitación de arrojar la bandera nacional al mismo sitio a donde se van los envases de plástico, comida desechada y demás objetos inservibles, le señalaron que tan sólo la insinuación de hacerlo era una falta de respeto tanto a ellos como mexicanos, como a cualquier ciudadano de otro país que quiere presumir su origen.
Las palabras de los mexicanos alarmaron a la guardia que solicitó el apoyo de un mayor número de sus compañeros al acusar que habían tratado de ingresar la bandera escondida entre su ropa.
“Trató de intimidarnos trayendo más guardias. Le explicamos que no teníamos donde guardar la bandera. Ella dijo que no le importaba eso y que dentro de las reglas del estadio decía que no se podía acceder estandartes ni banderas de países. Le pregunté que dónde decía eso y no me supo responder”.
Dentro del personal extra que llegó para atender la “emergencia”, se encontraba una mujer de habla hispana quien les explicó que si la bandera podía extenderse entre los brazos de una persona, podría ingresar. Lucas abrió los brazos y probó que el lábaro no excedía el límite.
“Eso fue discriminación, no puedo llamarlo de otra manera. Tampoco puedo creer que sugieran tirar una bandera a la basura”, finalizó Gabriel.
Dentro del cerco de seguridad que el comité organizador estableció para que solo personas con boleto pudieran caminar, EL UNIVERSAL constató a dos aficionados que traían con ellos las banderas de Croacia e Inglaterra que no tuvieron ningún problema al ingresar.
El 5 de junio la Selección Mexicana de Futbol jugará en este mismo estadio ¿permitirán a los seguidores del Tricolor ingresar con banderas?