A un año del inicio de la pandemia del SARS CoV 2 es la fecha en que el ciudadano no ha aprendido a ser responsable y continuar con su egoísmo, señaló el vocero de la Diócesis, sacerdote Helkyn Enríquez Báez.
“Es de lamentar que después de un año, todavía no aprendamos a ser responsables los unos de los otros y caer en el egoísmo de buscar solamente nuestro propio beneficio”.
Lo anterior lo dijo al referirse a que Orizaba volvió al color naranja en el semáforo epidemiológico sobre el COVID-19.
Pero aclaró que el semáforo no siempre refleja eso, pero sin duda, señaló que ese color era previsible que se regresara a naranja, después de ver el flujo de vacacionistas, las actividades de esparcimiento, el descuido en el confinamiento en esta temporada vacacional.
“Ojalá que este regreso al semáforo naranja no traiga pérdidas humanas que lamentar o complicaciones a las familias, y no genere lo que por lo regular esta enfermedad ocasiona que es la pérdida económica, ausencia a los trabajos, incluso la pérdida de la vida”.
Por ello apuntó que es necesario que todos reaccionen y se cuiden respetando las medidas, pues ni siquiera la población vulnerable ha sido vacunada en su totalidad.