Este sábado 4 de julio, el papa Francisco hizo oficial la designación como nuevo obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Carmona Ortega; quien llegó el pasado 3 de enero como obispo coadjutor tras la enfermedad de Eduardo Patiño Leal y ahora será el segundo prelado que tendrá Córdoba.
“Hoy sábado 4 de julio fiesta de nuestra Señora del Refugio, se ha dado a conocer la gran noticia de que el Santo Padre, el papa Francisco ha querido designar a nuestro apreciable hermano obispo coadjutor: don Eduardo Carmona Ortega, como mi sucesor, convirtiéndose en el segundo obispo de nuestra Diócesis de Córdoba”, inicia el comunicado que emitió el ahora obispo emérito de Córdoba, Eduardo Patiño Leal quien continúa padeciendo de enfermedad y a la vez informó que el Santo Padre aceptó su renuncia después de 20 años de estar frente a esta Diócesis.
En el texto, hace saber que el relevo pastoral dio “frutos” tras muchos diálogos con el Señor en el silencio de la oración, reflexionando sobre el deterioro de su salud y la preocupación de no poder cumplir adecuadamente en su ministerio episcopal con toda la feligresía.
“Esta preocupación la compartí desde noviembre de 2018 con mis hermanos sacerdotes, -reunidos en aquella asamblea diocesana-, apoyado en las recomendaciones de mis médicos y el consejo de hermanos obispos”.
Patiño Leal reveló que en los últimos meses sus problemas de salud se han complicado y ha requerido varios tratamientos y cirugías, siempre con la esperanza de poder restablecerse lo suficientemente para estar de nuevo frente a la Diócesis.
“En estos últimos meses, -como saben- mis problemas de salud se han complicado y he requerido varios tratamientos y cirugías, siempre con la esperanza de poder restablecerme lo suficientemente para estar de nuevo entre ustedes. Agradezco la cercanía y la oración de ustedes que he experimentado ciertamente como un don del Señor, un don que me fortalece para sobrellevar con paciencia y esperanza estas pruebas”.
Hizo saber que su servicio como autoridad y gobierno pastoral ha terminado. “Este grave ministerio recae en adelante sobre mi hermano Eduardo Carmona, a quien debemos obediencia y respeto, comprometiéndonos a orar mucho por él y apoyarlo con entusiasmo en la unidad de un único presbiterio y de una Iglesia -como confesamos en el Credo, es -una y unida- , católica y apostólica”.
Manifestó que: “si bien ya no tendré responsabilidad en la conducción diocesana, -lo que nunca podrá cesar son los lazos de amistad, fraternidad y paternidad que pudimos estrechar durante este tiempo que el Señor me concedió compartir entre ustedes como su obispo. Gracias por permitirme sentirme amigo, hermano o padre o incluso a veces como hijo. Por mi parte, me dispongo a seguirles sirviendo a ustedes y a nuestra Madre Iglesia, de un modo más modesto, en mi calidad ahora de Obispo Emérito de Córdoba”.