El Hospital Regional de Río Blanco ha sido rebasado en recursos humanos y de vigilancia, por lo que en cualquier momento podrá generar una situación de riesgo, revelaron trabajadores del nosocomio.
Dijeron que para evitar el colapso, dependerá del número de pacientes que requieran hospitalizarse, pero además, el personal está corriendo mayor riesgo porque hay gente con coronavirus que ha llegado a urgencias y falsea sus respuestas en el interrogatorio, que era el filtro que se aplicaba, porque tiene miedo de que la internen y llega y dice que no tiene fiebre o tos.
El personal del HRRB señaló que esto pone en riesgo a los trabajadores de Urgencias, ya que no les dan las medidas preventivas extremas como a los que están en área COVID, el cual también está en riesgo porque ya no se da abasto.
Dijeron que al convertir al HRRB para atender a los enfermos de coronavirus, se les hizo saber que habría camas suficientes para los pacientes, pero el número de camas no corresponde a las posibilidades reales que se tienen.
Indicaron que el área que se abrió como COVID es la que era de admisión de urgencias, hospitalización y observación de urgencias, la cual en teoría debió tener 30 camas, pero se trata de un lugar pequeño y no tiene la capacidad para meter pacientes en un lugar que no estaba hecho para eso.
Hicieron saber que el área de observación de urgencias contaba con 10 espacios para adultos, así como seis lugares más para pacientes pediátricos, 8 cunas para el manejo de diarreas y problemas respiratorios de niños, lugar que en su momento fue ejemplo en el país, así como la sala de admisión, la cual tenía lugar para 10 enfermos más y dos sitios más en la sala de choque, lo que daba aparentemente espacio para atender 30 personas; pero el problema es que las tomas de oxígeno alcanzan para 13 pacientes con ventilador.
Recordaron que cuando un paciente ingresa es porque se encuentra grave y requiere de un ventilador, y si no lo tiene necesita al menos oxígeno y vigilancia.
Revelaron que si los pacientes ocupan todos los ventiladores, se tienen que usar tanques de oxígeno para colocárselo a otros enfermos, pero esos cilindros sólo duran horas y hay que estarlos cambiando, pero para eso deben sacar y meterlos lo que es una complicación porque cada vez es más la gente que entra y sale del área, haciéndola poco transitable.
Además de este espacio COVID, recordaron, se abrieron 20 camas más en el tercer piso, pero el sistema solo aguanta conectar cuatro respiradores, por lo que se presenta el mismo problema, los que no alcanzan respirador requieren tanque de oxígeno y además un oxímetro para garantizar que el gas pase como es debido o, de lo contrario, personal que pueda estar cuidando ese aspecto, además de controlar los signos vitales si es que no se tiene monitor para ello.
Esas áreas, explicaron, se atenderían con personal que se cambiaría cada seis horas, porque no deben estar tanto tiempo.
Manifestaron que han llegado al punto de no poder atender las demás necesidades de la población, por lo que aquellos que no tienen COVID se mandan a los hospitales de Córdoba, Huatusco y los demás de esa zona.
Falla en filtro del HRRB, pone en riesgo a niños con cáncer
La falla en el filtro sanitario instalado en el Hospital Regional de Río Blanco (HRRB), puso en riesgo la vida de un niño de dos años, pue este se infectó de coronavirus.
La negligencia causó el cierre temporal del área de oncología pediátrica, pues el menor era paciente del Programa de Niños con Cáncer y se contagió de COVID-19.
De acuerdo con Wenceslao Adame, padre del menor, desde el miércoles 1 de julio tuvo que ser intubado a causa de los síntomas por probable coronavirus.
Recordó que el jueves 25 de junio comenzó con fiebre, por lo que para el lunes 29 acudió al HRRB y en el filtro sanitario le dijeron que no tenía temperatura y lo atendió el médico Nicolás Vázquez Ruiz, quien lo envió a su casa solo con paracetamol.
“Hoy me dijeron que mi hijo está muy grave y ya lo intubaron. El 17 de agosto va cumplir tres años, él tiene cáncer. Cuando vinimos al hospital pasamos el filtro sanitario, el lunes que vinimos no le hicieron estudios. Yo la verdad quiero una buena atención para mi hijo y de todos los enfermos. Tiene el respirador porque ya no respiraba bien y le podía dar un paro”.
Ahora, el niño enfermo de COVID-19 ha contagiado al grupo de enfermeras que lo atendieron al principio, igual al equipo de enfermeras que realiza las quimioterapias y al médico de cabecera de este programa Víctor Cabrera.
Tras el contagio tuvo que ser desalojada el área de oncopediatría, y por lo pronto no operará ni atenderá a los niños con cáncer, y a los padres de los menores se les llamarán hasta nuevo aviso.